DEBER O DELICIA
19 de junio, 2016
Ya hemos pasado unos tres años en el modo de preparación a tiempo completo para vivir nuestras vidas en el extranjero (y varios más, incluso antes de eso). Con nuestra esperanzada fecha de partida a menos de siete semanas de distancia, entenderán que estamos muy ocupados. Tenemos la mayoría de nuestro equipaje, estamos empezando a revisar nuestras pertenencias, e incluso hemos comenzando a despedirnos; ¡se está haciendo real!
Sin embargo, hay momentos, como la otra noche, en que me siento y me pregunto: “¿qué estamos haciendo, y por qué?” Estoy tan ocupada con los preparativos que a menudo olvido el propósito. Tengo el conocimiento más importante de que la gente está viviendo sin Cristo en Tanzania y en todo el mundo. Leo libros que hablan de los innumerable hombres, mujeres y niños que mueren cada día de enfermedades prevenibles, muchos de los cuales están yendo a una eternidad sin Cristo. Incluso he visto a algunos de ellos a la cara; pero aun así olvido el “¿porqué?”.
Estas son las caras que una vez miré hace más de ocho años. Rostros de personas preciosas de Tanzania que esperan oír de Jesús.
Debido a que tengo este conocimiento más importante, parece que lo correcto es ir, ¿verdad? He probado y visto la bondad de Dios y he experimentado la paz que sobrepasa todo entendimiento, y otros no. Ir y proclamar las buenas nuevas parece una solución fácil, pero esos son los momentos en que el deber parece colarse y preceder a la pura delicia.
Quiero ser movida a hablar a otros de Cristo, no por causa del deber; no porque sea lo correcto. No. Quiero IR porque mi delicia se halla en Él y porque otros necesitan conocer a ese Jesús en quien me deleito. No TENGO que ir a Tanzania; DEBO hacerlo. Qué privilegio increíble se me ha concedido; ¡no quiero olvidar esto!
Cada día soy llevada a recordar más y más qué lucha es poner mi mirada en Jesús, el Autor y Consumador de mi fe, en lugar de ponerla en las distracciones de este mundo; incluso en las distracciones de los preparativos para servirle a Él. Que seamos movidos a orar unos por otros; que quitemos nuestros ojos de las cosas de este mundo y los pongamos en Jesús. Él es el único que va a durar, y aquellos a los que les hablemos de Jesús serán las únicas “cosas” que podremos llevar al cielo.
Gracias por escuchar mis pensamientos y hacer este viaje con nosotros ya que juntos aprendemos, crecemos y en oración nos volvemos un poco más como Jesús.
Juntos dándolo a conocer,
Jamie (por los Sharpe).
MIS PENSAMIENTOS SOBRE ESPERAR
5 de julio, 2016
Eso es difícil.
Como ustedes saben, todavía estamos esperando para saber sobre el estado de nuestros permisos de trabajo para Tanzania. Ahora existe un nuevo proceso para adquirir permisos de trabajo, pero incluso antes que lo supiéramos, ya había otras complicaciones también. Por lo tanto, no hace falta decir que ha sido un proceso lento.
Originalmente se suponía que saldríamos hacia Tanzania dentro de un mes a partir de hoy. Es un poco duro afrontar el hoy sabiendo eso, y sabiendo que quizá ya no será una realidad. PERO al mismo tiempo, puede serlo. Dios aún está obrando, sólo que no siempre podemos verlo.
A través de este proceso me he dado cuenta de cuán endeble puede ser mi fe. En un momento me siento muy segura de esperar, sabiendo que no puedo hacer absolutamente nada sino confiar en Jesús. Pero luego hay momentos en que siento que me estoy ahogando y me lleno de ansiedad en cuanto a lo que está por venir o no venir.
Si soy sincera, este tiempo de espera ha sido para mí una especie de estación seca espiritual. Estoy pasando tiempo en la Palabra, orando y buscando, y sin embargo aun así me siento un poco distante. Esta mañana estaba leyendo Steams in the Desert [Manantiales en el Desierto, un libro devocional] y hallé esta pequeña joya:
“Sí, Dios conoce nuestra necesidad de una experiencia en el desierto. Él sabe exactamente dónde y cómo producir cualidades duraderas en nosotros”. L.B. Cowman
Muy bueno; lo que necesitaba oír esta mañana. Si nada más, que por lo menos Dios produzca cualidades perdurables en mí. Quiero servir y amar a Jesús a largo plazo, no solo cuando parezca fácil y pueda ver que Él está obrando.

Por lo tanto, esperamos y confiamos. Y esperamos sabiendo que ÉL sabe lo que es mejor para nuestra familia. El 15 de julio debemos saber si vamos a viajar en agosto. Diez días más para crecer y ser refinados; en caso de viajar, tendremos de dos a tres semanas para empacar nuestras vidas. De lo contrario, tendremos que esperar hasta enero.
Por favor, sigan orando por nosotros mientras esperamos. Seguiremos orando para que sea en agosto, el deseo de nuestros corazones, ¡y confiando en Él en cuanto al resto!
Juntos dándolo a conocer,
Jamie
CAJAS EMPACADAS A MEDIAS
17 de julio, 2016
Después de unas siete semanas de espera y oración, finalmente recibimos respuesta:
Todavía no.
Cuando terminamos nuestro año y medio de capacitación misionera en Missouri, decidimos, por fe, establecer como fecha de nuestra partida el mes de agosto de 2016. En el momento eso parecía un poco loco e inalcanzable. En ese entonces no teníamos casa, ni empleo, solamente alrededor del 14% de nuestro apoyo mensual y una deuda estudiantil de más de $40.000 dólares; loco e inalcanzable, ¿verdad?
No para Jesús.
Durante el último año y medio hemos visto a nuestro fiel y amoroso Dios proveer en maneras que nunca creímos posibles. A veces algunas puertas se cerraron y sentimos mucho temor, sin embargo, Dios seguía moviendo montañas para nuestra familia. Él seguía guiándonos hacia la fecha de salida en agosto.
En junio nos enteramos que algunos de los procesos para conseguir permisos de trabajo en Tanzania estaban cambiando y el procedimiento estaba tomando aun más tiempo que el ya extenso proceso. Más tarde el liderazgo de nuestro campo nos fijó un plazo para tener nuestros permisos de trabajo, de lo contrario no habría tiempo para conseguir nuestras visas de residencia, comprar los boletos de avión y llegar a principios de agosto para comenzar nuestro estudio del idioma.
15 de julio.
Esta era nuestra fecha límite.
En la semana previa al 15 de julio, Chandler y yo decidimos dedicarnos a mucha oración y ayuno. Fuimos animados a buscar a Jesús como nunca antes y a pedirle por agosto. Le suplicamos que fuera en agosto. Sin embargo, nuestras oraciones siempre terminaban con un “pero”; sabíamos que teníamos que añadir: “pero lo que sea que te dé más gloria es lo que queremos. Pero lo que sea tu voluntad perfecta, eso es lo que queremos”. Habíamos pasado bastante tiempo alimentando nuestras mentes con la Verdad por lo que sabíamos que esta era la única manera en que podíamos orar.
Verás, sólo ÉL sabe lo que es mejor para nosotros. Solamente ÉL puede ver el cuadro completo.
El 15 de julio fue difícil para mí. Estaba nerviosa, estaba muy enfadada, y revisé mi correo electrónico y Facebook mucho más de lo que necesitaba. Estaba esperando y tenía la esperanza de recibir un SÍ.
Alrededor de las 3 pm recibimos una llamada de un número internacional. Una llamada desde Tanzania. Una llamada que cambiaría el resto del año 2016 para nuestra familia.
No nos dieron un sí.
Nos dieron un no todavía.
Inmediatamente las lágrimas comenzaron a correr por mi cara. Había llegado nuestra respuesta, y no fue la que yo quería oír. Lloré durante los siguientes 30 minutos o algo así; con esa clase de llanto desgarrador. Sin embargo, una vez que saqué eso y que mi visión borrosa comenzó a desvanecerse, Jesús me permitió empezar a ver un poco más claro; comenzó a recordarme la verdad.
Habíamos orado por Su voluntad y esta era muy clara. Aunque no entendíamos el panorama completo en ese momento, Él estaba haciendo que las cosas obraran para nuestro bien y para Su gloria. Al menos he aprendido a través de este viaje loco que se puede confiar en mi Dios.
Así que será en enero de 2017. Probablemente en la primera o la segunda semana.
¿Saben qué? En términos generales, cinco meses y medio en realidad no es mucho. Son cinco meses y medio más para amar y ser amados por la iglesia que nos envía, cinco meses y medio para amar y ser amados por nuestra familia y amigos, cinco meses y medio más para seguir fomentando amistades dentro de nuestra comunidad, y cinco meses y medio para elevar el restante 11% de nuestro apoyo mensual. Ah, y cinco meses y medio para disfrutar algunas de nuestras golosinas estadounidenses favoritas. ?
Si tuviera que volver atrás y revivir las últimas siete semanas de espera de nuestro “no todavía”, ¿sabes qué?… lo haría. Durante este tiempo he aprendido a buscar a Dios como nunca antes, y a confiar en Él en cuanto a las cosas que no entiendo.
Él nos sigue madurando y esforzando más allá de lo que pensamos que podemos manejar. En lugar de resistirlo fuertemente, poco a poco estamos aprendiendo a aceptarlo. A su vez, Él nos acoge y nos permite conocerlo de un modo que nunca lo habíamos conocido.
Estoy aprendiendo a estar agradecida por cajas empacadas a medias.
Deja un comentario