13 de diciembre
En resumen –en dos días diferentes, 230 hombres, mujeres y adolescentes de la etnia pal declararon públicamente su fe en Jesucristo.
Durante el primer semestre de este año enseñamos el libro de Hechos, compartiendo con la gente pal cómo se difundió el evangelio de Dios desde Jerusalén hasta Judea, Samaria, y hasta lo último de la tierra. Ellos escucharon con entusiasmo (y muchos lo leyeron por sí mismos) cómo se propagaba el Evangelio y miles de personas, judías y gentiles, oían la Palabra de Dios, creían y eran bautizadas.
Cuando terminamos el libro de Hechos en agosto, enseñamos acerca de lo que significaba el acto del bautismo –obediencia a nuestro Señor, la representación de la muerte, sepultura y resurrección de Jesús que ahora compartimos con Él (Romanos 6), y la declaración pública de que ahora estamos con Jesús. Durante un tiempo enseñamos una y otra vez sobre el bautismo, trabajando con la gente pal para que desechen las viejas creencias falsas y se aferren a la verdad de la Palabra de Dios.
La mayoría de la gente de nuestra zona ha sido bautizada cuando eran niños, y la creencia –antes que la Palabra de Dios entrara en sus vidas– era que eran salvos mediante ese acto del bautismo. Luego invitamos a las personas para que se acercaran a hablar con nosotros si deseaban ser bautizadas, y, oh, lo hicieron.
Nos reunimos con muchas personas, escuchando sus testimonios, regocijándonos con ellos por lo que Dios había hecho en sus vidas, y enseñándoles más de la verdad. Fue desgastante y extenuante y hubo días en que no quería hablar con nadie, pero el Señor nos ayudó a superar esto, y el 1 de noviembre 140 personas fueron bautizadas. La lluvia cayó sobre nosotros durante los bautismos, pero pocas personas corrieron en busca de refugio pues la luz de Dios que llenaba su interior era todo el calor y confort que necesitaban, a pesar de estar mojados y fríos.
En los días que siguieron a los bautismos, pensamos en los pocos creyentes que habían estado enfermos, y algunos otros que habían estado ausentes en el momento y no habían podido ser bautizados. Entonces decidimos que no sería mucha molestia bajar rápido hasta el arroyo algún domingo después de la reunión de iglesia y bautizar a esos pocos.
Hicimos un anuncio e invitamos a cualquier otro que estuviera interesado para que viniera a hablar con nosotros, esperando que no hubiera más de diez o veinte personas más para ser bautizadas. Quedamos impresionados y abrumados cuando más de un centenar de personas vino y habló con nosotros, compartiendo su fe en Jesucristo. Tuvimos que pedirles a algunos que esperaran y siguieran escuchando la Palabra de Dios pues carecían de una comprensión de la salvación por gracia por medio de la fe sola, y de una relación con nuestro Creador todopoderoso, pero muchos otros manifestaron un claro entendimiento del evangelio de la gracia de Dios y evidenciaron que tienen una relación con su Padre celestial. El 29 de noviembre, otras noventa personas pales fueron bautizadas.
Ahora, nuestra meta no era, y no es, ver bautizado a cada hombre, mujer y niño de la etnia pal. Nuestro deseo es verlos entrar en una relación con su Creador y que crezcan en esa relación cuando Él los haga renacer en la semejanza de Su Hijo. Nos gozamos por la declaración que han hecho tantas personas, pero ora por ellos, por favor, para que esto no termine ahí. Hay mucho trabajo por hacer, y sabemos que ellos están en las manos de nuestro omnipotente y omnisciente Dios. Ora para que descansen en esas manos y permitan que Su voluntad sea hecha en sus vidas.