Tim Fenton y su esposa, Nicole, recientemente visitaron una tribu donde los creyentes en Cristo tienen un fuerte compromiso para reunirse fielmente a fin de adorar, recibir enseñanza bíblica y tener comunión. Y los creyentes de Wusuraambya tienen sus propias formas de observar la importancia de estas cosas.
“Algunas de las personas que conocimos caminan descalzas durante una hora y media para estar con la iglesia”, informa él. “Luego se sientan durante un servicio de dos o tres horas en una banca angosta de 20 cm de altura, sin espaldar y, por supuesto, sin acolchado”.
Tim dice que él y Nicole notaron que no hay comidas comunitarias después de las reuniones de la iglesia tribal. Más bien, comenta él en forma jocosa, ocurre algo que podría llamarse una “espulgada comunal” —un tiempo donde las damas se reúnen para sacarse los piojos entre ellas como una oportunidad para tener compañerismo y un chance para servirse unas a otras.
Reunirse para adorar en este escenario apartado tiene sus ventajas particulares, comparte Tim. “Durante toda la caminata de ida y de regreso a las reuniones de la iglesia, ellos tienen unos de los mejores paisajes montañeses del mundo para contemplar y maravillarse”.
Tim piensa que la gran belleza natural que los rodea hace que la gente wusuraambya sea más propensa a pensar en y buscar al Creador que hizo todo esto.
“El problema es que todavía hay muchos que no conocen al Creador ni al Cristo que Él envió”, observa Tim.
Muchas personas de la etnia wusuraambya han sido bendecidas con oportunidades para oír la Palabra de Dios. Dios les envió misioneros y Su Espíritu sigue abriendo corazones wusuraambyas para recibir las buenas nuevas de Jesús —un mensaje de esperanza, gozo y transformación.
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