Tomar parte en llevar el Evangelio a lugares distantes realmente puede expandir los horizontes de uno, comenta Missy Davis. Su esposo, Joel, es un piloto de NTM Aviation, y juntos viven en una ciudad, mientras apoyan por medio de la aviación a un número de misioneros tribales en varios sitios.
Missy dice que su vida como misionera está llena de perspectivas interesantes y a veces divertidas —cosas que ella nunca había pensado ver o hacer. Recientemente, por ejemplo, ellos secaron 65 libras de arroz en la entrada de su casa y tuvieron un búfalo de agua en su patio del frente.
“Permíteme explicar”, dice Missy.
En su sitio de ministerio, los Davis comen mucho arroz. “Entonces decidimos”, informa Missy, “sacar partido de la cosecha de arroz montañés de uno de nuestros sitios tribales y almacenarlo; el montañés es nuestro tipo de arroz favorito. Creo que terminamos con unas 65 libras; deben durarnos aproximadamente un año”.
Pero ella aclara que esto implica un proceso. Antes de almacenarlo, el arroz debe ser completamente secado para evitar que críe moho. La mayoría de sus vecinos simplemente extiende su arroz en la calle para secarlo al sol. Los Davis optaron por usar la entrada de su casa, extendiéndolo sobre una lona grande.
Poco tiempo después, tres palmas de coco de su patio del frente debían ser cortadas. Los Davis necesitaban quitar estos árboles porque producían cocos más rápido de lo que ellos podían cosecharlos.
“Uno debe estarlos bajando porque los cocos caen, y créeme, nadie quisiera ser golpeado por un coco”, explica Missy.
Después de cortar las palmas de coco, se alquiló un carabao —o búfalo de agua— para arrastrarlas y botarlas. “Fue una mañana emocionante viendo estos troncos grandes y pesados siendo arrastrados fuera de nuestro patio por este gigante dócil”, comparte Missy.
Luego añade ella: “Al menos eso he oído, que son dóciles. No me he acercado suficientemente para averiguarlo por mí misma”.
A Joel y a Missy les produce mucho gozo ser parte del equipo que lleva las buenas nuevas de Jesús a gente que nunca ha oído una clara presentación del mensaje de esperanza y redención de Dios. Y las muchas experiencias y aventuras nuevas son una ñapa.
“Tenemos un patio frontal emocionante”, observa divertidamente Missy. “¡Es más divertido aquí!”.
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