8 de noviembre
Verano, 2015
Pesadamente cargadas con materiales bíblicos, alimentos y gas, las varias canoas tomaron el camino de regreso a los pueblos, devolviendo a los líderes piapocos a sus casas. Su tiempo aquí fue muy alentador, para ellos y para nosotros.
Hombres fieles enseñando a otros. Ellos estuvieron aprendiendo verdades profundas acerca de Dios que nunca habían oído, verdades que la Palabra de Dios declara en cuanto a Su amor, Su misericordia, Su aborrecimiento del pecado, Su fidelidad a Su Palabra, y mucho más. Durante dos semanas escucharon a Guillermo, Eliezer y Reinaldo enseñándoles la primera parte de las lecciones de evangelización, comenzando en Génesis. Qué alentador oír sus respuestas y ver su participación mientras Guillermo les pedía a varios que hablaran acerca de ciertas características de Dios. Guillermo le pidió a W. que señalara las historias que mencionan que Dios es fiel a Su Palabra. Él comenzó en el primer dibujo y repasó las 27 lecciones que muestran que Dios siempre hace lo que Él dice que hará. Estamos sorprendidos por lo bien que él retuvo los puntos claves de las Escrituras y lo bien que se comunicó con los demás.
Las reacciones. Hubo muchos comentarios positivos de los piapocos durante este seminario de dos semanas. El viejo Héctor recordó: ‘Hace años escuché algunas de estas historias, pero realmente no conocía la enseñanza que Dios quiere que sepamos, y la historia que narra la Biblia. Estoy emocionado en cuanto a aprender más acerca de Dios en el Antiguo Testamento’.
‘No podemos hacer cosas buenas para Dios’, concluyó R., ‘porque somos pecadores y Él es santo, pero podemos darle gracias’.
G. dijo con entusiasmo: ‘Cuando regrese a mi pueblo, quiero enseñarles esta historia de Caín y Abel. ¿Está bien si les enseño esta historia?’ Por supuesto, le aseguró Guillermo, y cualquier cosa de lo que estuvimos aprendiendo puede ser compartida con otros.
Todos estaban impresionados y nos dijeron: ‘Estamos muy contentos de poder escuchar esta enseñanza en nuestra lengua. Hemos escuchado un poco en español, pero no entendimos mucho’. Y todos quieren regresar, más adelante en el año, para oír el resto de la enseñanza.
Ora por estos piapocos. Aunque todos ellos son considerados como líderes de la iglesia, es posible que algunos de ellos realmente no conozcan al Señor como Salvador. Que la luz de la Palabra aclare en sus mentes y corazones el verdadero mensaje de la salvación.
Ora por la dirección del Señor en el próximo seminario para concluir la enseñanza y empezar a capacitarlos para que enseñen las lecciones en sus pueblos; acoger este gran grupo será un reto. Para esta primera vez, una iglesia de aquí jugó un papel muy importante al acoger los cuatro grupos tribales diferentes que participaron: piapoco, puinave, guahibo y curripaco; cada uno escuchando la enseñanza en su propia lengua. ¡Cómo agradecemos al Señor por Su provisión y por los muchos cristianos de aquí que dieron de su tiempo y esfuerzo!
Deseosos de volver. ‘Todavía es peligroso que vayas donde nosotros vivimos’, le dijeron los piapocos a Guillermo, ‘por lo tanto, regresaremos para oír el resto de la enseñanza’. Luego acordaron pagar su viaje río abajo, mientras nosotros pagamos su camino de regreso a casa.
Tú y muchos otros oraron para que llegara este momento, en que los piapocos de la selva tendrían la oportunidad de oír enseñanza clara en su propia lengua, el mensaje de Dios para ellos del Salvador Prometido y Su plan de salvación, un mensaje que podrán transmitir a los demás. Gracias por permanecer con nosotros en este ministerio.