22 de octubre
Mientras terminamos otro año aquí en NTBI –de Waukesha, y comenzamos uno nuevo, Dios sigue estableciendo nuestros corazones, o más bien, mi corazón. Todavía hay momentos en que siento nostalgia por Paraguay, pero Dios en Su gracia está haciendo que sea cada vez menos y menos; creo sinceramente que es porque he llegado a conocer bien a algunos de nuestros estudiantes.
Dios me ha permitido invertir en las vidas de algunas de las mujeres jóvenes aquí en el campus. Ha sido una bendición, ¡pero también una fuente de lecciones de modestia cuando nos sinceramos unas con otras! Estoy muy agradecida por cada una de ellas –las del grupo de Chicas de Evangelización y aquellas con las que me reúno individualmente. Él ha hecho un sitio especial en mi corazón para todas ellas.
Ora por nosotros y por lo que Dios pone delante de nosotros para hacer –que lo hagamos bien– y para Su gloria solamente.
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