10 de julio
“Balas manames”, ellos se reían mientras yo caminaba hacia un montón bastante grande de piedras en la playa y el grupo de hombres parado sobre ellas.
Unas horas antes en esa mañana, durante una reunión de la aldea, escuchamos las noticias de que un grupo étnico local del continente había comenzado una pelea con nuestra gente en el centro de atención y después de un par de altercados, estaban amenazando con reunir sus tropas y regresar para luchar.
Los jefes de la aldea mandaron decir a la isla que todo el mundo uniera fuerzas para reunir municiones. La gente de la etnia manam todavía utiliza piedras y hondas para la batalla, tal como lo hacían en las generaciones pasadas. De hecho, la mayor parte de su rutina diaria no es muy diferente de la de sus antepasados.
Ellos pescan todavía con canoas talladas a mano, viven en casas construidas con materiales que reúnen localmente de la selva como hojas de bambú y de palmera de coco, usan fogones de leña para cocinar, y el humo de éstos para conservar pescado. Sin embargo, en medio de una cultura que parece haber quedado rezagada del mundo ‘moderno’, la tecnología no se les ha escapado.
Casi todas las personas de nuestra aldea tienen un teléfono celular, y probablemente una cuarta parte de ellas posee teléfonos inteligentes de pantalla táctil. En efecto, durante la misma reunión de la aldea donde fuimos exhortados a reunir “balas manames”, dos hombres jóvenes sacaron un celular para mostrarme el último video que habían descargado de internet.
Más tarde en ese día, cuando me senté y hablé con un pequeño grupo de hombres mayores acerca de la pelea y lo que iba a pasar, un hombre se levantó y dijo: “Nosotros (la gente manam) ¡estamos 1000 años atrasados con respecto al resto del mundo!”. Otro hombre intervino y dijo: “No, ¡estamos 2000 años atrasados, al igual que la época del rey Salomón!”, luego sonrió y, mientras sostenía su mano a la altura de su oreja, dijo: “Pero nos sentamos y hablamos en nuestros teléfonos celulares”.