La primera semana
27 de marzo
Comenzamos nuestra aventura con misericordia y estoy segura de que sólo seguirá de esa manera mientras navegamos por un mundo completamente nuevo.
Todas nuestras bolsas de viaje tenían sobrepeso. Ya sabíamos que tendríamos que hacer un pago adicional por la quinta bolsa, pero la situación no se veía nada bien si teníamos que sacar todo, reorganizarlo en el piso del aeropuerto y también deshacernos de suficientes cosas para tener el peso correcto.
Sólo la misericordia de un Padre amoroso podría habernos puesto de acuerdo con unos aprendices y el gerente de planta que decidió, sin ninguna petición nuestra, dejar pasar todas nuestras bolsas, ya que estábamos pagando por una extra, en lugar de hacernos desempacar y poner todos los elementos pesados en la bolsa extra antes de registrarnos.
Los vuelos fueron largos, pero no insoportables. ¡Llegar a Singapur después de una sola parada en Corea para recargar combustible fue increíble! Para ese entonces ya teníamos más de 20 horas de estar en un avión. Estábamos felices de tener una ducha caliente y una cama para dormir durante nuestra escala. Tampoco había pensado nunca que me emocionaría al ver un McDonalds para desayunar. ¿Sabías que teníamos la opción de tomar un desayuno más liviano? ¡Simplemente podíamos ordenar una porción de maíz! Opté por el desayuno grande, menos el maíz.
En nuestro vuelo final, estuvimos en el mismo avión con otros de Estados Unidos.
Todos llegamos bien; todo nuestro equipaje llegó intacto en su mayoría, menos una de las bolsas que tuvo que ser envuelta en plástico porque su tapa había desaparecido. Todos pasamos por inmigración y las aduanas ¡para ser recibidos por un montón de caras medio conocidas de nuestros días en Missouri!
Nuestros primeros días los pasamos siendo alimentados y conociendo todo, gracias a los otros misioneros que han estado aquí ya por unos meses. El equipo aquí hizo un trabajo increíble haciendo nuestra llegada lo más suave posible. Hicimos muchas compras en el centro de esta pequeña ciudad, ¡la cual no parece tan pequeña como la había imaginado! Cada tienda está pegada a la siguiente.
¡Cumplí seis meses con nuestro pequeñín! Está tan inquieto como siempre, y nos reuniremos con la obstetra el lunes para empezar a hacer planes para su llegada.
La comida aquí es estupenda. Nuestra ayudante nos cocinó este increíble guiso/sopa llamado “soto”, el cual probablemente podría comer cada semana.
Unos agradecimientos:
– Nuestra guerra contra las cucarachas parece ser manejable ahora
– El lunes comenzamos la etapa de “calentamiento” en el aprendizaje del idioma
– Nuestra casa y el vecindario son excelentes
– La temperatura actual (temporada de lluvias) no es muy diferente de la de Michigan, ¡de modo que las temperaturas son manejables!
– Puedo comprar huevos justo al lado
– ¡Por fin sé cómo usar uno de estos! Para mí es un gran logro, especialmente porque necesito ir al baño con mucha más frecuencia debido a que tengo un bebé que hace pinitos sobre mi vejiga.
No es muy diferente
3 de abril
¡Bienvenido a nuestro nuevo entorno! Apenas estamos comenzando a orientarnos en nuestro vecindario, así como a explorar la ciudad cercana.
No se nos permite conducir todavía porque se requiere de un tiempo para uno acostumbrarse al tráfico de aquí. Por ahora ¡estamos contentos con caminar y montar en las pequeñas furgonetas de transporte público! Cada viaje cuesta solamente unos $0.25 de dólar, así que no nos importa en absoluto.
Esta es nuestra casa. Y realmente no utilizamos nuestra antena parabólica. Ni siquiera tuvimos internet durante más de una semana. Aun ahora nuestro servicio de internet es irregular, principalmente en las noches. Lo sé, se ve bastante elegante, ¡eh! Es de una sola planta y tiene techos muy altos que ayudan a mantener fresca la casa en el calor. De hecho, es más espacio del que hayamos tenido o tendremos alguna vez. Más que nada, estamos agradecidos de estar en nuestro propio espacio ¡por primera vez en muuucho tiempo!
Este es nuestro recipiente para la basura, así como un buen lugar soleado para colgar nuestra ropa en la entrada, la cual tiene que ser sacada y metida, dependiendo de la lluvia.
Tenemos el esqueleto de una oficina, completa con un ventilador que mantiene el aire en movimiento, pues tratamos de mantener nuestros electrodomésticos en buen estado y libres de moho.
Hasta el momento todo es muy normal, ¿verdad? De acuerdo. Si hubiera sido abandonada inmediatamente en una aldea, estaría mucho menos adaptada en este momento.
Aquí casi todo el mundo bebe agua embotellada. ¡Estamos agradecidos de tener fácil acceso a agua potable!
¡Incluso el lavado de la loza aquí es muy convencional! Tenemos un tanque de agua en la parte superior de nuestro techo que alimenta la casa con presión natural, también tenemos una bomba que encendemos y apagamos según se necesite, lo cual nos permite tomar duchas.
Ahora, la disposición de la cocina es un poco diferente. Todavía tengo que probar el horno, el cual enciende y apaga el quemador según se necesite. Esta pequeña estufa es alimentada por gas propano (mira el tanque en el piso).
Todo el lavado se hace en este patio trasero. ¡También fuimos bendecidos con un segundo cuarto de baño!
Y también está nuestro dormitorio (y otra pequeña habitación para el bebé). Mantenemos el armario abierto para que el aire circule.
Y por último, pero no menos importante, nuestro cuarto de baño. ¡Estábamos encantados de tener un retrete estándar y duchas calientes! El tanque de agua caliente instantánea también es alimentado por gas propano. También hay una especie de claraboya, lo cual es bueno ya que no tenemos ventanas a los lados de nuestra casa. Pero supongo que tendré que admitir que es un poco diferente tener el retrete dentro junto con la ducha, pero prácticamente he dejado de notarlo, ¡excepto cuando olvido guardar el papel higiénico y termina empapado!
Así que, en verdad hay algunas diferencias, incluyendo la cantidad de insectos que viven en nuestra casa de manera habitual. Pero los cambios no son verdaderamente radicales en esta transición, ¡por lo cual estoy agradecida! Lo tomaré como misericordia y estaré agradecida con cada centímetro de casa con que hemos sido bendecidos en este tiempo.
Aprendiendo a apreciar duendecillos
10 de abril
Así que cuando se llega a un sitio nuevo, dicen que uno normalmente termina en una etapa de luna de miel donde todas las cosas del nuevo entorno son emocionantes y llenas de aventuras. No sé cuándo se va a acabar el tinte en nuestros lentes color de rosa, pero estamos tratando de disfrutar todo esto al máximo. Sinceramente, es difícil ver más allá de ti mismo cuando sólo tienes tres semanas y, tal vez, 200 palabras en tu haber. Supongo que sigo esperando a que este sueño termine cuando despierte un día y todo se vea terrible. Solamente estoy verbalizando aquí, así que no me vinculen con ninguna de mis observaciones tan “originales”. Además, es posible que el sueño no termine ahora ya que éste es supuestamente el punto más fácil de la transición –ellos tenían la intención de que fuera de esta manera–, considerando que la próxima transición (a una región particular –aún por determinar) será mucho más difícil ya que estaremos haciendo más por nuestra cuenta (buscando casa, comprando todos los víveres nosotros mismos, buscando ayudantes del idioma, etc.).
Payton y yo estuvimos hablando de todo este “ajuste” durante el desayuno de esta mañana y llegamos a la conclusión de que el contentamiento parece llegar cuando permitimos que Dios ocupe nuestra mente y nuestro tiempo con los asuntos que Él tiene para nosotros justo donde estamos. Me alegra mucho tener tanto para hacer ahora mismo mientras examinamos el idioma y la cultura. Me encanta que siempre hay nuevas palabras, nuevas curiosidades (como las aves de nuestro vecindario, resguardándose todas bajo el alero de la casucha durante un diluvio), nuevos sonidos, nuevos bichos, e incluso duendecillos…
No sé realmente cuál es su nombre verdadero, pero una anciana muy pequeña estaba vendiéndolos puerta a puerta; explicaré su nombre en un momento. Nuestra ayudante dijo que mayormente se utilizan para sacar su jugo y no son muy buenos para comer (eso es más o menos lo que me pareció oír). Entonces, como soy una persona aventurera, hice un jugo con ellos y tuve un vaso listo para tomar con nuestra comida del mediodía. Payton frunció la cara cuando bebió del vaso. Por supuesto, yo pensé que él sólo estaba exagerando, así que yo también bebí. ¡No! Nuestros rostros ahora concordaban con mayor tos y carraspeo. Era como un vaso de jugo de limón puro con un toque de toronja. Era tan potente que una cucharadita en un vaso de té era casi suficiente para hacer fruncir el rostro. Por lo tanto, llamé a esas cosas engañosamente ácidas, verdes y con sabor a toronja y limón, “duendecillos”. Parecía apropiado.
Ahora en verdad me gusta ese sabor añadido al té y a otras cosas. No estoy muy segura cómo se relaciona todo eso con el choque cultural o con otro tipo de ajustes, pero quizá sólo porque algo parezca ser cierta cosa, no tiene que ser lo que uno esperaba, pero uno podría terminar apreciándolo de todos modos. ¡Así que eso es todo en cuanto a duendecillos!