{Zach Keller descargando víveres de ayuda humanitaria en las Filipinas.}
“Gracias”, decía una y otra vez, con lágrimas en los ojos, el sobreviviente del tifón. “Gracias”. El hombre no cesaba de estrechar la mano del piloto misionero Zach Keller. Permaneció allí, sonriendo, llorando, y diciendo: “Gracias”.
Pero eso no estaba del todo bien
Esto sucedió hace casi un año y medio, cuando el Tifón Haiyán arrasó las Filipinas. Dos cadenas de islas distantes estuvieron entre los lugares devastados, y allí fue donde NTM, en coordinación con MAF (Alas de Socorro por sus siglas en inglés), se enfocó.
Poco tiempo antes, Zach había aterrizado un helicóptero de NTM en la isla donde vive el hombre. Cuando Zach empezó a descargar grandes sacos de arroz, llovieron sonrisas y expresiones de gratitud. Cuando estuvo de vuelta en el aire, Zach pensó que no era justo que él recibiera las gracias cuando tantas otras personas de manera reservada estaban trabajando y dando para hacer esto posible.
El resto de la historia
Por lo tanto Zach compartió la historia. Fue su manera de transmitir la gratitud del hombre a personas como tú, que dieron y trabajaron para que la ayuda fuera posible.
Ésta es solamente una de muchas historias de ese desastre y sus consecuencias, including the fascinating story of how it all came together in the first place — the story that’s in the March issue of NTM’s magazine, NTM@work.
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