Durante nuestros primeros años en Tailandia, vivimos en la ciudad. No tuvimos la oportunidad de ver y participar en la cosecha de arroz. ¡Es divertida! Mientras la gente corta tallos de arroz, aprovecha el tiempo para conversar, reír y conocerse mejor. El trabajo en sí no es propiamente difícil, pero el sol ciertamente es abrasador, por lo que la gente toma descansos frecuentes. La cosecha es verdaderamente un tiempo de alegría en el año para la aldea.
Nosotros no participamos en actividades como ésta sin pensar. Estamos en una fase de nuestro trabajo llamada “pre-evangelización”. Durante este tiempo de preparación para compartir el evangelio, con frecuencia hacemos preguntas a nuestros amigos como: “¿Quién hizo el arroz?” Podemos hacer comentarios manifestando nuestro asombro porque cuando plantamos granos de arroz nunca obtenemos una planta de papaya o viceversa. Estas preguntas están diseñadas para hacer que la gente empiece a pensar y a cuestionar sus supuestos en cuanto a cómo funciona el mundo y quién lo hizo. La cosecha de arroz ofrece una oportunidad perfecta para hacer estas preguntas. Por favor, ora por nosotros mientras preparamos el terreno y trabajamos duro bajo el sol para salvar al pueblo que Dios ha puesto en nuestras vidas.
Estamos esperando otra cosecha en un futuro cercano: una cosecha de almas.