Alégrate con nosotros leyendo el testimonio de Stanley, un creyente de la etnia patpatar de Papúa Nueva Guinea, tal como lo relató nuestro amigo, el misionero Aaron Luse:
Me senté entre dos hombres en un banco hecho de bambú. Stanley comenzó a explicar lo que había en su corazón: Yo sabía que Jesús había muerto en la cruz. Había leído esta parte antes [señalando Lucas 24:6-7 “No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea, diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día”], pero nunca supe la razón. Me habían dicho hace mucho tiempo que Jesús era el camino, y yo les decía a otros lo mismo. Pero ese camino de la obra de Jesús para que yo pudiera ir a Dios no era claro para mí. Ahora que entiendo claramente, ya no puedo creer en luciérnagas, jengibre y rituales [las creencias tradicionales]. No se trata de mis obras, sino solamente la muerte de Jesús; la obra de Su muerte y resurrección en nuestro lugar, por causa de nuestros pecados. Yo creo en el único camino de Dios.
Gracias por invertir en nuestro ministerio para que Stanley y otras personas patpatares sean alcanzados con el Evangelio y llevados a la madurez.