“Borneo es una isla más grande que el estado de Texas, y está situada sobre la línea del Ecuador al norte de Australia. Yo estaba allí cerca del centro esa noche, en medio de un río, donde estaba tratando de dormir sobre una roca fría y húmeda junto a nuestra canoa.
No había habido mucha lluvia río arriba, por lo que las orillas del río alrededor de nosotros estaban altas. Mi padre y yo estuvimos a punto de perder el bote en los rápidos, una cascada, abajo de nosotros. Sin duda alguna no íbamos a volver allí en la oscuridad. Subiendo por el río, ya no podíamos ver para esquivar las rocas, los troncos sumergidos o los rápidos traicioneros que había por delante hasta llegar a la aldea tribal a la que íbamos.
Así que allí estábamos, en la oscuridad, en medio del río, tratando de descansar sobre rocas frías y húmedas. Estábamos rodeados por una densa selva, poblada por millones de insectos, serpientes letales y muchas otras criaturas salvajes como leopardos, ocelotes, monos y grandes orangutanes; habíamos oído rumores de elefantes, rinocerontes y tigres. Sabíamos que había cocodrilos en el río, pero esperábamos que los rápidos los mantuvieran río abajo. Estábamos a quince minutos de hacer un segundo contacto con la gente del río Da’an.
La gente de esta tribu era conocida por su magia negra o hechicería, venenos, por alimentar a la gente con fragmentos de vidrio y por tomar cabezas humanas; cazadores de cabezas. Nosotros estábamos allí porque queríamos vivir con ellos; queríamos aprender su idioma y su cultura para poder presentarles las buenas nuevas de Jesucristo.
Sobrevivimos a esa noche en el río. La gente del río Da’an nos invitó a vivir con ellos. Mi padre les presentó el Evangelio a algunos; un equipo de misioneros continuó el trabajo de plantación de iglesias cuando Dios trasladó a nuestra familia. Hoy en día hay iglesias creyentes en la Biblia entre ellos, las cuales son dirigidas por personas del lugar.
Desde ese día en el río, mis padres han trabajado diligentemente para movilizar al pueblo de Dios con miras a llevar la Palabra de Dios a los pueblos no alcanzados. Ellos han capacitado a muchas personas para trabajar como misioneros. Aun hoy, ellos siguen capacitando a nuevos misioneros para que lleven a cabo el trabajo en lugares remotos.
Yo me preparé para trabajar como piloto misionero selvático. El viaje completo de dos días sobre el río para ir hasta la gente da’an habría tomado únicamente veinte minutos en un avión. La aviación acelera a los mensajeros y favorece el esfuerzo. Como parte de un equipo favorecido que apoya a iglesias y misioneros que sirven en Papúa Nueva Guinea, hemos visto llegar a la fe en Cristo y desarrollarse hasta la madurez a treinta y ocho grupos étnicos no alcanzados.
Mi hermano menor trabajó con New Tribes Mission enviando al extranjero equipos misioneros de corto plazo durante más de quince años, y luego durante otros quince años con GoodSeed [La Buena Semilla] como coordinador de traducción para enviar un claro mensaje del Evangelio en más de 150 idiomas diferentes.
Mi hermana y su familia han trabajado durante 27 años con New Tribes Mission en el norte de México, allí plantaron iglesias entre los indígenas pimas y continúan con la preparación de mexicanos para alcanzar con el Evangelio a grupos étnicos no alcanzados.
Todo comenzó en la sala de nuestra casa en Seattle, Washington, en el año 1970, cuando un movilizador de misiones llamado Ken Johnston llegó a nuestro hogar. Él nos habló acerca de personas de lugares remotos del mundo que no tenían acceso a la Palabra de Dios, la Santa Biblia, y que no había nadie que pudiera hablarles de Jesucristo en un idioma que pudieran entender.
Ahora Diana y yo trabajamos como mobilizadores de misiones. Hay grupos étnicos no alcanzados; y hay personas del pueblo de Dios que pueden llegar a ellos con las buenas nuevas. Hay cristianos que estarán dispuestos a, y pueden, persistir en la difícil labor de fomentar amistades, aprender un idioma no escrito y descubrir la cultura para llevarles la Palabra de Dios a ellos; estamos trabajando para reducir la brecha entre los dos.
Romanos 10 nos dice que la fe viene por el oír la Palabra de Dios, la cual es llevada por mensajeros que son enviados. Esto es cierto no sólo con relación a la fe de la salvación sino también con la fe de un andar obediente. Aproximadamente un tercio de los idiomas del mundo no tienen un solo versículo de la Palabra de Dios en ellos, y ningún creyente conocido entre ellos que podría transmitir el mensaje. Apocalipsis 5:9 nos muestra que la brecha será cerrada; entre muchos otros versículos, Mateo 28:18-20 nos dice cómo.
New Tribes Mission fue fundada en 1942 como una misión de fe con un enfoque específico en los grupos étnicos menos alcanzados con el Evangelio. Nuestro objetivo es multiplicar nuestros esfuerzos por plantar iglesias nativas, creyentes en la Biblia, que sean dirigidas por su propia gente, que maduren, se reproduzcan y evangelicen a otros grupos étnicos y lingüísticos.
Más de 100 grupos étnicos han pedido misioneros a New Tribes Mission para que vayan y les hablen de Dios; simplemente no tenemos la gente para enviar.
Como mobilizadores, nuestro ministerio es encontrar a esas personas que Dios está preparando para suplir esta necesidad. Diana y yo asistimos a clases de Perspectivas en Nueva Inglaterra, y desde entonces hemos tenido varias oportunidades para hacer presentaciones ante estudiantes de clases de Perspectivas en Massachusetts y en New Hampshire.
Nuestra vida cotidiana incluye generar nuevos contactos y el seguimiento de posibles candidatos a misioneros que pueden alcanzar a otro grupo lingüístico de la gente menos alcanzada con el Evangelio.
Hemos hecho presentaciones o levantado stands para hablar con misioneros potenciales en institutos bíblicos, universidades, congresos de educación en casa, iglesias, conferencias de misiones, escuelas cristianas, grupos AWANA, grupos pequeños, campamentos y otros lugares donde se reúne la gente en torno a los valores de Dios. En representación del equipo de aviación, hemos buscado futuros pilotos misioneros, mecánicos, técnicos de aviónica y apoyadores en grandes espectáculos aéreos.
Condujimos un grupo al campamento Wayumi de New Tribes Mission en el centro de Pennsylvania. Nos encantaría que vinieras con nosotros a uno de los eventos de Wayumi.
No sabemos dónde podemos encontrar la siguiente generación de misioneros. Sabemos que la fe viene por el oír la Palabra de Dios, la cual es llevada por mensajeros que son enviados. Como mensajeros, nos encanta presentarle al pueblo de Dios la oportunidad de salir en fe para ver lo que Él hace cuando confiamos en Él. No cabe duda de que hay muchas otras familias como la nuestra; de gente común que confía en Dios y trabaja con Él para alcanzar Sus propósitos entre pueblos remotos; por favor, ¡ora por obreros!
En 1943, Cecil Dye y otros misioneros de NTM pasaron meses cortando un camino profundo en la densa selva para hacer un contacto amistoso con el pueblo nómada que se ocultaba allí. Otras personas que habían hecho contacto con este grupo remoto habían segado vidas o perdido la propia. Aun los funcionarios preguntaban: “¿Por qué van allí y arriesgan sus vidas con esos indígenas? Ellos no valen la pena; son sólo animales”. El pastor Cecil escribió: “Es porque el glorioso nombre de Jesús no es conocido aquí, y debe darse a conocer a cualquier precio…”.
¿Damos un valor tan alto a la gloria de Cristo? ¿Qué valores nos mueven? ¿Cuál es nuestra perspectiva de vida? ¿Coinciden con los valores de Dios? ¿En qué manera debe cambiar nuestra forma de pensar a la luz de la voluntad revelada de Dios y Sus promesas puestas delante de nosotros? ¿Son Sus valores suficientes para movernos; para hacernos móviles?