Garry Barkman es integrante de un grupo de pilotos misioneros fieles que está trabajando activamente en el programa de asistencia que está haciendo frente a la devastación producida por el Tifón Haiyan. Actualmente Garry estás organizando el trabajo de los vuelos humanitarios de NTM en las Filipinas.
Garry ha estado trabajando con los vuelos de socorro que involucran varias aeronaves —el helicóptero R44 que distribuye suministros, el helicóptero Jet Ranger que hace trabajo de reconocimiento para determinar las zonas de mayor necesidad, el Cessna 185 que traslada personal y deposita combustible, y el Kodiak, prestado por otro campo de la región del Pacífico Asiático, el cual también sirve para transportar personas y combustible cuando se necesita.
La esposa de Garry, Cynthia, comparte acerca del progreso de este esfuerzo y sus retos: “La primera fase de la ayuda humanitaria (provisión de alimentos y suministros de emergencia) se está acabando”.
Los misioneros de algunos lugares, dice ella, han podido regresar a sus ministerios normales.
Sin embargo, todavía hay mucho trabajo por hacer. Hay “reconocimiento, coordinación, planeación, recepción y distribución de suministros, y trámite de papeleo” para llenar por completo cada extenso día.
En los sitios donde los Barkman están sirviendo, se han suplido algunas de las más urgentes necesidades. “El hambre de la gente se ha saciado hasta el momento”, explica Cynthia, “y el enfoque está cambiando hacia el reto de largo plazo de reconstruir casas, botes y negocios. Muchos han perdido cosas básicas como utensilios de cocina y herramientas de su profesión”.
Entonces, aunque la lucha inmediata por sobrevivir al peligro de muerte se ha aliviado un poco, la enormidad de otros problemas está aflorando y comenzando a ser más plenamente percibida.
Ora por los misioneros que están trabajando largas horas para suplir estas necesidades. Ellos están pidiendo sabiduría a Dios para saber cómo participar en la siguiente fase de llevar socorro y ayuda a la gente de las Filipinas.
Aunque los misioneros se sienten frecuentemente agotados en este trabajo de ayuda humanitaria, son animados al ver el progreso que Dios está proveyendo. “La gente está recibiendo ayuda y servicio; se están supliendo necesidades”, informa Cynthia.
Deseamos tus continuas oraciones por este esfuerzo de ayuda humanitaria que se está adelantando en las Filipinas.
Cynthia pide: “Oren por la gente que ha sido afectada por el tifón —por fortaleza y gracia para enfrentar los desafíos permanentes. Oren por aquellos que están haciendo esta labor humanitaria —por sabiduría, claridad, fuerza y vigor”.
“Y den gracias a Dios por lo que Él está haciendo aquí”, añade ella.
Dios está obrando en maneras evidentes y poderosas a medida que llega socorro a las Filipinas. Y aún hay mucho por Su gracia, obrando a través de Su pueblo, que Él va a hacer.
Pero Garry y Cynthia Barkman y su familia están agradecidos de ser Sus siervos que ministran amor y esperanza a incontables personas afligidas y necesitadas. Ellos están orando para que las heridas y las pérdidas experimentadas tan ampliamente en las Filipinas, sean oportunidades para compartir el amor y la misericordia de Dios en maneras tangibles y transformadoras que harán la diferencia en la eternidad.