Alineados a los lados de la pista aérea, los taliabos estaban presentes para recibir el primer aterrizaje con pasajeros del avión Kodiak en su aldea.
Habían trabajado duro durante cinco años. Aun los niños participaron cavando profundo, desenterrando árboles y haciendo cualquier otra cosa que se necesitara para nivelar la superficie para la muy necesitada pista.
Trata de imaginar a 300 personas trabajando juntas. El misionero Darryl Palmer dijo: “Ellos se divertían en el trabajo: cantando, laborando en pares como pequeñas máquinas para amontonar tierra y llevarla hasta el centro de la pista”.
Los dos fieles hombres taliabos que coordinaron este proyecto de la pista aérea pudieron estar a bordo del avión en la práctica de los despegues y aterrizajes. Ninguno de los dos había estado antes en un avión.
Nathan Tag y Darren Spence son los pilotos que tienen el privilegio de proveer este servicio aéreo. Los esposos Darryl y Kyla Palmer son los traductores, maestros de alfabetización y hacedores de discípulos que ahorrarán horas y horas de tiempo en viajes como resultado de la nueva pista.
Estos pilotos se sentaron y oyeron las increíbles historias de los peligrosos viajes en los pequeños botes que son como canoas con motores de 40 caballos de fuerza, incluyendo la vez que el motor se apagó y los misioneros fueron arrastrados durante horas, antes que alguien viniera a remolcarlos.
En algunos casos, los viajes en bote hasta la aldea han tomado hasta 50 horas. Tres días y medio sobre mares embravecidos y carreteras tortuosas, comparados con la hora y media en esta aeronave que les permitirá a Darryl y a Kyla llegar frescos y listos para servir, en lugar de necesitar días para recuperarse del agotador viaje.
El avión transporta pasajeros y suministros, aun cosas voluminosas como paneles solares y refrigeradores. Cuando uno vive en una aldea remota con el fin de traducir la Biblia y capacitar líderes de la iglesia, tener estas comodidades puede hacer la vida mucho más fácil.
No tener que pasar tanto tiempo preparando los alimentos como lo hacían cuando no contaban con un refrigerador, ni tener que conectar las baterías y dedicar tiempo a su mantenimiento puede ahorrar incontables horas que afectan directamente la rapidez con que la gente es alcanzada con el Evangelio.
Los pilotos misioneros, como parte del trabajao de abrir esta pista, tuvieron la “oportunidad” de hacer uno de esos viajes peligrosos en el mar personalmente. Nos contaron que con el propósito de comprobar el progreso del trabajo en la pista aérea, aterrizaron en una isla cercana a donde vive la gente taliabo. Luego viajaron en uno de esos botes poco confiables sobre el mar. Después de llegar a tierra, manejaron motocicletas a través del lodo resbaladizo, subiendo y bajando cuestas. Escasamente mencionaron que se desinfló la llanta de una motocicleta y todos cayeron al menos una vez, y que además, ¡los mares encrespados hicieron que Nathan cayera al agua!
El vuelo más reciente también fue de carácter histórico, porque en él salieron los líderes tribales para asistir a un congreso regional de varias tribus y lenguas para adorar juntos a Dios en un lugar. Estos líderes estuvieron muy agradecidos por no tener que hacer el largo viaje en botes, caminos fangosos y buses.
Es evidente que Dios realmente está usando este avión para el propósito con el que se adquirió.