No es lo que tú ni yo hubiéramos pensado para ilustrar Filipenses, pero fue muy bueno para la gente dao.
Si tú tuvieras el privilegio de ser una persona de la etnia dao, esperarías a que la luna esté en su punto más alto y más grande; cuando está llena. Es el tiempo perfecto porque hace más fácil cazar esas deliciosas ranas. No hay necesidad de llevar una antorcha para iluminar el camino.
A veces las temidas nubes empiezan a deslizarse después que ha empezado la cacería, cubriendo la fuente de luz poco a poco; entre más nubes, menos ranas pueden ser vistas. La necesidad de esperar a que las nubes se despejen es crítica para poder continuar la cacería sin extraviarse del camino.
Pero cuando las nubes se mueven del camino y las estrellas y la luna empiezan a brillar de nuevo, la recolección de suficientes ranas para hacer un banquete continúa.
Scott y Jennie Phillips, misioneros a la tribu dao, relatan cómo Debatoma habló acerca de la analogía de las prácticas de cacería de su gente y la vida en la luz de Jesús.
Él usó Filipenses para explicar: “Así como la luna llena y las estrellas dan su luz y nos traen buenas cosas a nosotros los daos, cuando vivimos en la verdad del Libro Hoja del Creador [la Biblia], y de acuerdo con los caminos de Su buen Espíritu que habita en nosotros, es como si nosotros también estuviéramos brillando y dando luz a las cosas que nos rodean en las tinieblas.
“Pero si dejamos que las nubes oscuras del pecado se cuelen en nuestra vida y nos hagan salir del camino recto que Jesús, el Hijo único de nuestro Creador, ha dispuesto para que lo sigamos, esas nubes se harán más y más espesas y nuestro entorno se hará más y más oscuro”.
Es evidente que las verdades de la Palabra de Dios hablan en forma muy práctica, sin importar cuál sea la cultura. Poder relacionarse con prácticas de la vida real es algo que solamente los ojos espirituales de la fe pueden ver.
Scott y Jennie meditan en esta “singular ilustración de la cultura” mientras traducen y desarrollan lecciones bíblicas cada día. “A veces las nubes se asientan. A veces perdemos el enfoque; a veces nos desviamos de la senda que nos da propósito, el camino por el cual recibimos todo lo bueno. Entonces, si no somos cuidadosos, finalmente no seremos fuente de luz para ninguno ni para nada en absoluto”.
Ora por la obra aquí en la aldea dao, mientras la Palabra de Dios está siendo traducida y se está llevando a cabo el discipulado. La iglesia necesita sabiduría para no permitir que las cosas de este mundo nublen su perspectiva eterna en las cosas cotidianas de la vida.
Los creyentes oran para que su luz brille, como dice en 2 Corintios 4:4, para las vidas de otro grupo vecino que aún no ha oído la verdad y continúa viviendo en tinieblas.