Cualquier persona que practique un deporte con cierta seriedad conoce la importancia de un buen calentamiento. Éste puede incluir estiramiento o ejercicios de respiración; quizás una breve rutina cardiaca para estimular la irrigación sanguínea.
Aunque el padre de Kayla Gilley le enseñó esto a una edad temprana, ella nunca sospechó que lo usaría para aprender un idioma en un país extranjero.
Kayla y su esposo, Craig, están aprendiendo que su desempeño como estudiantes del idioma les está llevando a tener muchos ejercicios de preparación primero.
“Actualmente estamos en la fase de ‘calentamiento’ en el aprendizaje del idioma. Nuestra meta primaria es escuchar y observar. Escuchar las frases para saludos comunes; escuchar cómo se habla el idioma, incluyendo la rapidez, el tono y la fluidez. Debemos observar a nuestros vecinos, el mercado, el transporte público y muchos otros eventos culturales que encontramos a diario”, informan ellos.
Ellos están listos para estudiar y memorizar, para aprender diálogos y reglas de gramática, pero como diría un entrenador: meterse de lleno, sin una preparación previa, podría hacer que uno quede rezagado en lugar de adelantarse.
Por lo tanto, Kayla y Craig conocerán a sus vecinos mientras éstos caminan o cuando toman el transporte público. Tal vez simplemente saludando desde el frente de su casa y llevando un registro en forma de mapa de las personas que conocen y los lugares donde las conocieron.
Se necesita de mucho coraje y disciplina para asistir a reuniones donde hay mucho para observar y escuchar a fin de aprender. Recientemente, Kayla fue a una reunión de damas del vecindario donde no entendió nada, aparte de la simpatía de todas las concurrentes.
Ellos piden oración mientras se alistan para empezar a aprender el idioma del país a donde han ido como embajadores de Cristo.