Renee Reed dice que un simple ventilador que su esposo Terry le obsequió fue el mejor regalo que alguna vez le hayan dado. Él se preguntaba si habría hecho un buen trabajo escogiendo regalos para la madre de sus hijos.
Después de una larga ausencia, su regreso a la aldea guarijía donde ellos ministran les hizo reflexionar sobre cuán asombroso es Dios para atemperar sus expectativas de modo que pudieran estar verdaderamente agradecidos.
Viniendo de unas expectativas culturales y legales en Estados Unidos, según las cuales uno sólo lleva en el vehículo a los que quepan cómodamente y que sin falta usen el cinturón de seguridad, la carga que llevaron a la aldea podría haber causado mucha ansiedad.
En lugar de eso, Terry no se sorprendió cuando algunos amigos de la tribu llegaron al sitio de salida para que los llevaran a la aldea. “Llegaron con una gran cantidad de cosas” para transportar.
Después de viajar 11 horas en el vehículo con su equipaje, sus amigos y las pertenencias de sus amigos, y los víveres, llegaron a su hogar en la aldea.
Allí sus coobreros les sirvieron una comida, después de la cual, Terry se sintió agradecido de poder hacer uso de una fuente de electricidad para proveer agua en el grifo y electricidad para ese precioso ventilador de Renee.
Ellos están muy agradecidos por las oraciones a su favor, ahora que han regresado a su hogar en la aldea. Terry comparte una reflexión: “Esta mañana, mientras platicaba con Santos y Vicente en guarijío, me pareció gracioso que Dios pueda llevarnos lejos de todo lo que siempre hemos conocido, y nos ponga en una cultura y un idioma que no podrían ser más diferentes de los nuestros, y nos haga sentir más en casa en ese lugar que en cualquier otro sitio en que hayamos vivido”.
Oremos por la obra que Dios continuará haciendo a través de Sus fieles embajadores en el pueblo guarijío.