El misionero Andy Shaub trabajó con Milton en la construcción de una cocina para la conferencia de los awás, y felizmente informa que Dios usó en gran manera ese proyecto y la consiguiente conferencia para animarlos a él y a su esposa Chrissy.
Él nunca imaginó toda la cultura y el idioma que iba a poder obtener mientras trabajaba en los preparativos.
La cocina quedó muy práctica, con fogón, un sitio para lavar la loza, un mostrador fuerte, estantes, y aun 2 bancos para las cocineras. Disponibles para el uso, había muchos bananos verdes y pequeños guardados en un estante.
La gente trajo un cerdo y luego lo mató. Delia, junto con otras dos mujeres, fielmente preparaba comidas y las servía, a pesar de que ella normalmente no toma este tipo de responsabilidad.
Algunos visitantes quechuas de la sierra alta hicieron un drama acerca de la crucifixión. Tocaron música tradicional y practicaron deportes con la gente awá. Había un aprecio mutuo a pesar de que sus idiomas son muy diferentes. Mostraron amor y aprecio, unos por otros, mediante el intercambio de productos: maíz, cebada y frijoles.
Aun las damas deseaban ser hospitalarias y acogían a otros en sus casas.
Milton y Paulino enseñaron fielmente la Palabra. Hubo dramas, una película, y una libertad para compartir mutuamente, comenta Andy. Los creyentes participaron en la Cena del Señor y le dieron gracias a Dios por Su obra en ellos.
Cuando estaban haciendo los preparativos para esta conferencia, Andy y Chrissy no estaban seguros cómo iba a salir; pero quedaron gratamente sorprendidos por la forma en que Dios la usó para mostrar el crecimiento y la madurez en muchos de Sus hijos.
La labor de hacer discípulos se está llevando a cabo entre el pueblo awá.
Continúa orando por lo que Dios está haciendo en, y a través de, Andy y Chrissy y la gente awá en ese rincón del mundo.