Karisa, la niña de Sony y Nike, ha estado luchando para sobrevivir y Sony continúa andando cada día en total dependencia de su fiel Dios.
Para Sony las pruebas no son desconocidas; quizá tú leíste su historia aquí en agosto pasado.
Sony fue uno de los primeros de la comunidad buru en responder al Evangelio. Poco después de creer en Jesús, comenzó a experimentar conflictos de varias clases. Él sufrió por cuenta de sus grandes problemas de salud, por los continuos problemas familiares, y por causa de un matrimonio arreglado con una mujer incrédula y las posteriores luchas maritales y la pérdida de dos hijos.
Sony ha permanecido comprometido con Cristo, decidiendo amar a su esposa, como Cristo amó a la Iglesia, en la alegría, en la tristeza, y a pesar de la gran presión que está recibiendo para conformarse a los caminos del mundo.
El misionero Paul McDole informa: “El jueves, 7 de marzo, Nike, la esposa de Sony, dio a luz a una bebé diminuta. Nosotros nos preguntábamos si Karisa, la tercera hija de Nike, moriría como los primeros dos”.
Cuando llegó el sábado, informa Paul, la niña tenía un sarpullido y no quería comer.
Los parientes se reunieron para dar consejos. Consejos basados en sus tradiciones culturales y no en la Palabra de Dios.
“Llama al hechicero”, sugerían algunos.
“Sony, sacrifica un pollo a los espíritus”, decían otros.
Otros le aconsejaban que cortara el pasto de la tumba de su padre. Algunos atribuían los problemas de la niña al pecado de alguien.
“Pero Sony permaneció firme; él ya había tomado una decisión. Iba a confiar en el Señor, sea que su hija viviera o no”, informa Paul.
Además, Sony se negó constantemente a seguir los ritos culturales con relación al nacimiento de un hijo. Cosas tales como los ancianos de la aldea rociando al bebé y a la madre mientras hacen rezos a sus antepasados.
Como la tradición de los burus dicta que si algunas de las supersticiones son ignoradas, el bebé morirá, “la hija de Sony obviamente ha dado de qué hablar en la aldea”, explica Paul.
Pero en lugar de rendirse al folclore de su cultura por temor, Sony les pidió a Paul y a Tina, y a los creyentes burus que oraran por la bebé Karisa. Poco después, Tina, la esposa de Paul, pasó a ver cómo seguía la pequeña; Tina instó a Nike a tratar de alimentarla nuevamente.
Y en esa oportunidad, la pequeña Karisa comió. Fue un momento de mucha alegría.
La iglesia buru se ha reunido para orar por la misericordia de Dios en la vida de la diminuta Karisa.
Después de varias semanas, la niña de Sony y Nike finalmente ha alcanzado un peso de 3.9 libras. Paul y Tina continúan orando fervientemente con Sony y otros creyentes burus para que Karisa viva y crezca fuerte y sana, y para que su vida sea usada poderosamente por Dios.
Tú puedes unirte en oración a los creyentes burus, anima Paul McDole. “Ora para que Karisa llegue a ser una niña fuerte y saludable”.
Su buena salud sería, comenta Paul, un brillante testimonio para la aldea de que Cristo triunfa sobre el poder las tinieblas. Ora también para que Nike, la esposa de Sony, entienda pronto el Evangelio y se vuelva a Cristo como su Salvador. Ora para que Sony continúe firme en la verdad de la Palabra de Dios en medio de tantas pruebas, para la gloria de Dios.