Hablando la verdad del Evangelio a la gente nahuatl.
Las lluvias se aproximan; y la misionera Katie Moore dice que han tenido que correr para terminar el gran proyecto de estucar, antes de que llegue la temporada de lluvias.
Katie comparte que algunas mujeres del vecindario las han estado ayudando a ella y a su coobrera, Rachel Chapman, a estucar su casa. Y ellas están aprendiendo mucho; en realidad, Katie ha aprendido un poco más sobre el estuco de lo que ella quería saber.
Por supuesto, la mejor manera de aprender nuevas cosas es haciendo preguntas. “Naturalmente”, informa Katie, “tratamos de aprender un poco mientras trabajamos. Yo no ceso de preguntarle a mi amiga, Andrea: ‘¿Qué estamos haciendo ahora?’”.
“En un momento”, continúa Katie, “Andrea respondió: ‘Tiwihtehti kwita’”. Katie dice que la traducción es: “Estamos golpeando boñiga”.
Ese fue el momento en que Katie aprendió la verdad sobre los ingredientes que estaban revolviendo y mezclando para hacer el mejor estuco. El estuco, dice ella, “es una mezcla delicada de agua, buena tierra y estiércol de asno”.
El proyecto de estucar duró dos semanas. Después de la etapa de poner el barro, cubrieron la casa con una capa de cemento para protegerla de las lluvias.
La casa de Katie y Rachel ya está terminada. Las mujeres del vecindario están sugiriendo colores para pintarla. El verde menta es el más favorito, pero Katie está resistiendo para tener tiempo de pensar en ello, “ya veremos”.
Katie comparte que sus amigas nahuatles pueden sentir temor cuando miran hacia la estación de lluvias que se avecina. Pero no es temor de la lluvia o las tormentas. Su temor es acerca de los arcos iris.
Katie comparte: “Es cierto; arcos iris. En su idioma, la palabra para ‘arco iris’ es kuwah, la misma palabra que usan para serpiente. Ellos les dicen a sus hijos que si señalan directamente un arco iris, de algún modo los atrapará como una serpiente. Cuando se acerca la temporada de lluvias y los arcos iris adornan los cielos con más frecuencia, me pregunto qué pensarán ellos de nosotros cuando tomamos fotos de los colores del cielo”.
¿Un arco iris visto como algo amenazante y que inspira gran temor? Katie ve la ironía.
Lo que para ella es una señal de una promesa, para los nahuatles es una amenaza aterradora. Y donde ella ve la promesa de esperanza y la fidelidad de Dios, ellos sólo ven algo que deben temer.
Katie sabe que ver la verdad puede hacer toda la diferencia. Ella anhela que llegue el día en que el poder de la verdad y el gozo de Dios venzan el terror y el miedo que están tan arraigados en la vida de los nahuatles.
“Por favor, oren por los nahuatles y por nuestro equipo aquí”, pide Katie, “mientras trabajamos para revelar y compartir el amor de Dios que echa fuera el temor”.
Oren por Katie Moore y su coobrera, Rachel Chapman. Oren para que Dios las proteja, bendiga su ministerio, y les conceda muchas oportunidades para vivir y hablar la verdad del Evangelio. Oren para que Dios use Su Palabra para hablar al corazón de los nahuatles y para atraerlos a Cristo, y para que Su verdad los haga libres.