Este día de junio comenzó con una mañana hermosa, pero a las 4 pm, el aguacero era torrencial, haciendo menos y menos probable que hubiera una buena asistencia a la enseñanza bíblica de la noche; las carreteras y caminos fangosos no parecían nada alentadores.
Pero a pesar del clima, Dios respondió las oraciones y 25 agutáynenes desafiaron los elementos y asistieron a la enseñanza sobre la muerte de Cristo y la suficiencia de ésta para pagar por nuestro pecado.
Los misioneros Stephen y Ginger Jordan comparten que esta verdad acerca de que Cristo murió una vez para siempre es particularmente esencial en la enseñanza de la Palabra de Dios a la gente agutaynen. De acuerdo a las tradiciones de ellos, Jesús muere todos los años el viernes santo.
Stephen enseñó claramente de Hebreos. Él compartió que las Escrituras no dicen que Jesús haya muerto nuevamente el viernes santo del pasado mes de abril.
Ginger comparte: “Stephen les preguntó después: ‘¿Cuántas veces necesitó morir Jesús?’”. Y ella dice que los agutáynenes respondieron: “Una vez”.
Era la respuesta correcta, pero el corazón de los Jordan está acongojado. Para ellos es desgarrador ver que la gente responde con exactitud muchas preguntas de la enseñanza, y aún continúan viviendo como si sus tradiciones fueran más importantes e impactantes que la verdad de la Palabra de Dios.
Sí, comenta Ginger, ha habido muchos triunfos en los tres años de enseñanza de las lecciones bíblicas de Fundamentos Firmes a la gente agutaynen. La asistencia ha sido numerosa; en efecto, la primera vez que se enseñó el nivel de principiante, las personas asistieron a las reuniones en un promedio de 200.
Después de eso, ellos comenzaron a enseñar de nuevo ese mismo nivel, esta vez con grupos más pequeños. Después de que este nuevo ciclo de enseñanza termine dentro de varias semanas, el equipo de enseñanza espera ir a cada casa para tener grupos de estudio más pequeños, los cuales tendrán una estructura semejante a la de estudios bíblicos en hogares.
Manfred Zimmermann es el coobrero alemán de Stephen y juntos son maestros. Stephen y Manfred se esfuerzan para mantener una buena comunicación entre ellos a fin de poder estar unidos en su meta de enseñar la Palabra de Dios con claridad, exactitud y poder.
Ginger comenta: “Cada alma salvada es un triunfo para la gloria de Dios. Nos regocijamos por aquellos que han manifestado ser salvos solamente por medio de Cristo y lo muestran en su vida diaria. Nos regocijamos mientras ellos llegan a ver que la salvación es sólo por la obra de Jesús”.
Los Jordan aprecian sus oraciones. Ellos comparten de corazón lo que anhelan que Dios haga en su ministerio:
“Oren por sabiduría para nuestro equipo ya que estamos buscando pasar tiempo con cada individuo que ha estado asistiendo al nuevo ciclo de enseñanza; oren por discernimiento para saber si son creyentes verdaderos. Oren, mientras modificamos nuestras lecciones para que sirvan como estudios bíblicos en hogares, que creemos un formato que pueda ser fácilmente usado ahora y en el futuro. Oren por puertas abiertas para tener estudios bíblicos en hogares y por sabiduría para nosotros, para saber dónde comenzar. Oren, ante todo, para que los agutáynenes confíen sólo en Jesús y crezcan en Él”.
Oren para que Dios obre en la vida de los creyentes agutáynenes y les ayude a acoger la verdad de Su Palabra a fin de que sus vidas, junto con sus palabras, proclamen poderosamente “¡Sí!” al Evangelio.