Recientemente, mientras hablaba con una amiga de la etnia mwinika, Nadia Hattingh le preguntó a ésta por su esposo.
“Él ha cambiado completamente”, respondió la amiga. “Ya no se desaparece por largos periodos de tiempo y no ha visto a otras mujeres”.
El esposo, uno de los primeros hombres que Nadia y su esposo, Francois, conocieron después de llegar a Mozambique, tenía una mala reputación, habiendo estado casado y divorciado 22 veces.
“Él es obviamente inteligente, pero era muy inquieto y parecía que no podía permanecer con ninguna cosa –o persona— por mucho tiempo”, comentó Nadia. “Sin embargo, él estuvo asistiendo a la enseñanza bíblica el año pasado y parecía que estaba entendiendo muy bien”.
En efecto, su esposa le dijo a Nadia: “Su corazón ha cambiado”.
“En idioma mwinika esto significa que él ha tenido un vuelco completo o un cambio de vida”, informó Nadia. “Son las mismas palabras que hemos estado usando para describir una conversión. Al ver a este hombre, uno puede ver literalmente la diferencia; algo en su rostro cambió; parece estar en paz”.
Este hombre y su esposa compraron recientemente la porción de tierra que queda detrás de la casa de los Hattingh y piensan edificar pronto una casa allí.
“Alaben a Dios por la oportunidad de transitar la senda del discipulado con esta familia”, pidió Nadia.
Oren para que Francois y Nadia continúen teniendo una influencia piadosa en esta familia y vean un continuo crecimiento espiritual.