Las islas donde vive la gente biem están rodeadas por abruptos acantilados, los cuales son tan peligrosos que de vez en cuando la gente cae y muere.
Por lo tanto, cuando un amigo de los misioneros Brandon y Rachel Buser y su coobrera Petra Depner, les pidió que fueran porque su hija Kukuom había caído de un acantilado, ellos temieron lo peor.
Cuando llegaron, hallaron que la niña de cinco años de edad no había recibido heridas graves ni se había fracturado algún hueso grande, pero tenía múltiples fracturas en sus pies y mucho dolor. Brandon y Rachel trataron a la pequeña Kukuom lo mejor que pudieron y volvieron a casa.
Más tarde en esa misma noche, Brandon regresó, sólo para descubrir que la hechicera estaba realizando un rito. Ella tomó las manos, la cabeza y los pies heridos y comenzó a soplar en cada dedo de las extremidades y en las orejas. La pequeña gemía y quería que la hechicera se detuviera, pero el rito continuaba porque la mujer estaba tratando de hacer volver al espíritu que había salido de la niña por causa de la caída.
Brandon estaba frustrado porque Rex había permitido que la hechicera viniera, después de que él se había expresado abiertamente en contra de las tradiciones de su gente, pero al enfrentar la condición tan calamitosa de su hija, sintió que no tenía otra opción. Él aún no ha tenido la oportunidad de oír una clara presentación del Evangelio en su propio idioma.
Oremos por Brandon y el equipo que trabaja con la gente biem, cuyo propósito es enseñar las lecciones bíblicas de Fundamentos Firmes el próximo año.