Los creyentes de la etnia uriay, quienes viven en lo profundo de la selva, enfrentan muchas de las mismas luchas que los creyentes de las grandes metrópolis.
Ellos, quizá aun más que nosotros, reconocen que la batalla no es contra enemigos de carne y sangre sino contra poderes espirituales en los lugares celestiales.
Sería muy fácil regresar a las viejas costumbres. Los creyentes están aprendiendo a caminar con Dios en medio de los desafíos, tales como desacuerdos con otros y desacuerdos en el matrimonio, los cuales anteriormente habrían sido zanjados con un machete de 71 cm y ahora son resueltos con principios bíblicos. La atracción del dinero proveniente del gobierno por la reforestación de los bosques puja con la asistencia fiel a las reuniones de enseñanza. Muchos de sus parientes distribuyen libremente marihuana y ellos deben responder apropiadamente ante el consumo de drogas.
Además, los creyentes enfrentan la dificultad de aceptar las decisiones hechas por sus clanes familiares. En su cultura, aquellas cosas son obligatorias. Pero ahora los creyentes deben cotejar estas decisiones con la Palabra de Dios y luego decidir qué es lo que deben hacer.
Por favor, oren por los maestros bíblicos Paetrik y Stenli; y por Aendru, Markus y Noel, quienes están creciendo en su rol de maestros y líderes.