Aimee Hedrick está conociendo algunos de los ritos y ceremonias que rodean el funeral de una persona tigak.
La mujer que murió era una matriarca de la aldea que tenía nueve hijos y una gran cantidad de nietos y bisnietos.
Debido al gran número de tigaks que participan, los funerales se han convertido en un asunto de mucho interés. Su funeral o “matmat” duró doce días:
• Día 1: Se disfruta de una comida que permite que los asistentes hablen y trabajen, como harían normalmente, pero para los dolientes, en lugar de estar en silencio.
• Día 2: Se llevan a cabo reuniones de la comunidad para discutir los detalles del funeral.
• Día 3: Se compra comida y combustible para hospedar a aquellos que vienen de otras islas a ayudar, y para la alimentación que se compartirá con los que trabajan para los dolientes.
• Días 4-5: Se emplean estos días para preparar el “saksak” que se halla en otra isla.
• Días 6-9: Se reúnen materiales y se construyen casas temporales para cocinar, dormir, ducharse y lamentar. Grupos de hombres salen a pescar con el doble propósito de alimentar a la gran cantidad de asistentes adicionales y para vender el pescado a fin de comprar otros alimentos. Otros cortan leña y las mujeres tejen esteras de hoja de palma, útiles para sentarse y para dormir.
• Día 10: La casa donde se va a lamentar se decora como preparación para el féretro. El ataúd llega antes del anochecer y comienzan los lamentos. Su dolor es palpable, el ambiente se carga de lágrimas y sudor. Las mujeres se arrojan al suelo. A veces ellas son retiradas a rastras porque pierden el control de sus emociones. Comienza el regalo de dinero y comida para los parientes y la gente canta durante toda la noche.
• Día 11: Se lleva a cabo el servicio del funeral y se carga el ataúd hasta el sitio de la sepultura y se deposita en la tierra. Al concluir el servicio, comienzan los lamentos una vez más. Esto es seguido por una gran comida que comparten todos los dolientes.
• Día 12: Una última comida para señalar el final de los lamentos y del trabajo del “matmat”. Con esto se da libertad para destruir todos los albergues temporales y limpiar el área. Después de la comida, sigue un tiempo de bromas tradicionales en el cual algunos miembros de la familia de la anciana arrojan comida, grasa, sangre de cerdo y otras cosas asociadas con la comida sobre sus parientes políticos. Se persiguen unos a otros y ríen histéricamente, mostrando con esto que es tiempo de estar felices nuevamente y que el tiempo oficial de lamentos terminó.
“Para una estudiante de la cultura tigak como yo, este evento ha sido una mina de oro sobre el cual estaré haciendo preguntas y ampliando mis conocimientos durante meses”, informó la misionera Aimee. “Estoy agradecida por esta gran oportunidad de aprendizaje, y especialmente por las amistades que se han desarrollado mientras he experimentado todo esto con mis amigos de la aldea”.
Oremos por Aimee mientras aprende la cultura y el idioma de los tigaks como preparación para compartir la Palabra de Dios con sus amigos.