La misionera Lisa Kappeler y tres hombres de la etnia uriay de Papúa Nueva Guinea recientemente hicieron un viaje a una aldea cercana de los bagwidos, quienes querían ayudar con el proyecto de traducir las Escrituras al idioma uriay.
“Estos creyentes [bagwidos], con tres años de estar en el Señor, querían ayudar con el proyecto de traducción al idioma uriay, así que partimos hacia allí”, informó Lisa. “Fue una bendición increíble ver a estas personas cuidando a los tres hombres uriays, a tal punto que, aparte de las horas de trabajo, rara vez los vi. Pero ellos no sólo fueron albergados y alimentados con carne y “sago” frito, también fueron alimentados y retados espiritualmente. Adoramos al Señor juntos en el idioma bagwido y en el idioma nacional de Papúa Nueva Guinea, y los tres hombres fueron desafiados por las vidas, testimonios y palabras de los creyentes bagwidos”.
Aendru, uno de los creyentes uriays, se sintió tan agobiado por las verdades presentadas en el libro de Romanos que inusitadamente permaneció en silencio durante la revisión de la traducción bíblica. Cuando regresó a su aldea, proclamó a los creyentes las dulces palabras de Romanos.
Él habló con pasión y convicción, desafiando a los demás con las verdades que había aprendido en aquellos días.
“Alaben al Señor conmigo por la culminación de otros 1245 versículos, los cuales están listos para ser imprimidos en el idioma uriay”, pidió Lisa. “Alabémosle por la forma en que los hombres uriays fueron alimentados física y espiritualmente. Alabemos al Señor por la iglesia de los bagwidos y por la inversión que han hecho en el ministerio y la traducción de la tribu uriay”.