16 de enero
Hemos tenido un torbellino de rutina (¿existe eso?) desde que pasó la Navidad y regresamos al trabajo; ¡pero la cosa emocionante está pasando en el hangar!
- Dos de nuestros pilotos han partido para tomar su entrenamiento con los aviones Kodiak en Spokane, Washington (en el Centro de la Turbina en Spokane). Cuando regresen dentro de unas semanas, comenzarán volando con el piloto del entrenamiento.
- El piloto del entrenamiento y su familia han llegado, y vivirán aquí aproximadamente durante seis meses para entrenar y preparar a nuestros pilotos para el cambio al Kodiak.
- Josh y otro piloto están realizando “vuelos de observación” con el piloto del entrenamiento hasta que los otros pilotos regresen del Centro de la Turbina. Como puedes imaginar, los pilotos tienen que tomar turnos de entrenamiento. Si bien esto es bueno porque significa que hemos escalonado los tiempos de experiencia/aprendizaje/entrenamiento, no obstante, implica que Josh esté en tierra por un tiempo mayor.
- ¡El avión Kodiak #2 ha sido aprobado para su viaje a Papúa Nueva Guinea! Salió de Arizona y actualmente está siendo equipado y preparado para su vuelo transpacífico. ¡Esperamos que llegue aquí dentro de unas dos semanas!
¡El Kodiak #1 se ve muy bien en nuestro hangar! ¡No veo la hora en que el #2 se una a él!
Como puedes ver, hay muchas cosas pasando en el departamento de aviación: nuevos aviones, nuevo entrenamiento, nuevas opciones para nuestros misioneros tribales, ¡y hasta una nueva pista tribal de aterrizaje en las obras! Dios ha provisto mucho y ha abierto muchas puertas –y aunque podemos olvidar fácilmente Su bondad cuando las cosas no se ven como esperábamos, nos sentimos pequeños y agradecidos por las bendiciones que Él sigue proveyendo.
Ahora, en otro tipo de noticias diarias menos emocionantes…
Tuvimos una segunda Navidad un poco más tarde. Mis cuñados enviaron varios regalos a través de otro misionero que llegó justo después del año nuevo. Celebramos la Navidad otra vez… encendimos velas, tomamos chocolate caliente, y al terminar, tuvimos una batalla de “bolas de nieve” de papel de regalo. Y en esta ocasión evité el colapso emocional sobre objetos inanimados y cotidianos que ocurrió la última vez.
Carla y yo ordenando todos los niños antes de recibir sus vacunas. Pobrecitos, no saben lo que viene.
La clínica médica donde trabajo tuvo una jornada de vacunación para los niños de los alrededores. Mi trabajo consistía en tomar su información inicial –nombre, edad y aldea. Cada uno de ellos recibía una tarjeta con las vacunas que recibiría, y luego pasaba directo a la fila para recibir las vacunas que necesitaba; en total, vimos unos 150 niños. A pesar del llanto normal de los niños por recibir varias inyecciones, todo salió muy bien y fue muy bueno participar en este esfuerzo para mantener saludable a nuestra comunidad.
Ha estado lloviendo constantemente todos los días en las últimas semanas. No estoy segura si podemos decir oficialmente que la sequía pasó –pero creo que es seguro decir que ha pasado el peligro que teníamos antes. Los huertos están creciendo otra vez, y el río ha recobrado sus niveles normales. Es fácil olvidar qué bendición es una pequeña gota de agua, ¡hasta que deja de llover!
Hermosas dalias están creciendo en todas partes por toda la lluvia. Mi amiga Verónica me trajo estas.
Gracias por seguir orando por el departamento de aviación aquí, ¡especialmente cuando tenemos tantas cosas emocionantes que están por venir! ¡Es mucho más divertido saber que tenemos una gran comunidad sirviendo con nosotros en todo el mundo!