4 de julio
Nuestro tiempo de discipulado en la tribu la semana pasada fue un gran éxito; gracias por orar.
Como estábamos en un pueblo pequeñito, poblado mayormente por guahibos, y nos reuníamos en una iglesia abierta sin terminar, quedamos sorprendidos cuando llegaron ¡80 personas el primer día! Pero el número descendió pronto a 60, el cual era más adecuado para lo que queríamos logar.
La gente estaba intrigada por el estudio sobre las siete iglesias de Apocalipsis y cómo se aplicaba a ellos; un hombre dijo: “Marcos, este estudio punza mi corazón”.
También disfrutaron cantando himnos recientemente traducidos por uno de nuestros co-traductores, Arcesio. Hablando de Arcesio, me impresionó mucho lo bien que él enseñó sobre una de las siete iglesias que Marcos le asignó para enseñar. John Jorge también hizo un trabajo muy bueno con Marcos.
Nuestro compañero Alberto y otros dos indígenas enseñaron sobre Honra y Vergüenza, por lo que hubo mucha CARNE de la Palabra durante este tiempo. Oren para que ellos compartan diligentemente esta enseñanza con su gente.
Tuvimos cuatro sesiones con las damas, y Selmira, la esposa de nuestro co-traductor Luis, y yo enseñamos en medio de niños que entraban y salían corriendo, otros que gateaban, y madres que lactaban a sus hijos. Esto nos molesta más a los “blancos” que a ellos, ya que es parte de su vida normal. Las damas disfrutaron de estos tiempos y compartieron comentarios y testimonios, así que fue bueno. Terminamos el sábado en la mañana con un tiempo divertido de sillas musicales, refrigerios y regalos después de hacer un repaso.
Marcos se quedó durante toda esta semana para realizar chequeos de comprensión con varios guahibos a las porciones revisadas de su Nuevo Testamento; él regresará a casa el lunes.
Hablando de “casa”, sin duda fue bueno volver a la “civilización” y a la electricidad continua de Dios aquí en las montañas andinas, ¡en comparación con el calor y el sudor que hay en las tierras bajas! Ducharse con agua CALIENTE en vez de fría también es toda una delicia, así como el lavado de ropa en una automática y no a mano. Todas estas cosas que podríamos dar por hecho no se disfrutan en gran parte del mundo.
Gracias por sus oraciones, y mientras celebran los Buenos Estados Unidos en este fin de semana, recuerden dar gracias a Dios por las cosas que damos por hecho.
Regocijándose en la obra de Dios,
Juana Cain por Marcos, y Alberto y Nancy González y el equipo misionero indígena
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