19 de junio
A medida que las cosas cambian aquí, se presentan oportunidades y desafíos para nosotros también. Ya no tenemos que caminar para entrar y salir de la aldea, llevando nuestras cosas de esa manera (bajo circunstancias normales). Desde el año 2011, hemos tenido servicio de vuelos; New Tribes Mission Aviation ahora opera un helicóptero en nuestra región, el cual proporciona transporte para entrar y salir de nuestra aldea, y también sirve a otros misioneros. ¡Qué bendición para nosotros!
Sin embargo, de vez en cuando el helicóptero es anclado en tierra para hacerle mantenimiento o reparaciones. Generalmente esto no representa un problema porque la carretera está cada vez mejor en nuestra aldea y hay más camiones disponibles para contratar. A medida que los hombres de la aldea son más ocupados en los campos, se ha vuelto mucho más difícil comprometerlos para que transporten nuestra carga si es necesario. Eso tampoco es un problema, ya que los camiones generalmente pueden hacer el viaje.
No obstante, a veces terminamos en una situación donde el helicóptero está fuera de servicio por reparaciones y los hombres de aquí están demasiado ocupados para transportar carga para nosotros. Ésa es la situación en que nos encontramos hace un par de semanas, y no sólo eso, sino que está lloviendo todos los días y eso imposibilita que los camiones lleguen hasta aquí.
Estábamos terminando nuestro descanso, y habíamos regresado al centro de vuelos a prepararnos para viajar por tierra debido a que aún estaban esperando a que llegaran las nuevas cuchillas del rotor del helicóptero. El plan era que Kyle y yo viajáramos de regreso a la aldea un día antes que Shannon y el resto de nuestros hijos. Había hecho los arreglos para que un camión nos llevara a los dos a la aldea, junto con toda nuestra carga, y luego estar allí para cuando todos los demás llegaran a la mañana siguiente. La aldea había estado experimentando un pequeño periodo de sequía en el que no había llovido durante más de una semana, por lo que la carretera estaba en buen estado y los vehículos podrían fácilmente hacer el viaje.
Llegamos a la aldea esa tarde, sin ningún problema, y el clima se veía estupendo. En el camino, sin embargo, escuché a uno de nuestros compañeros del camión comentando mientras observaba el cielo que podría llover esa noche. Yo ignoré el comentario, pensando que realmente yo no lo veía así. Sin embargo, efectivamente alrededor de las 6:30 pm, se levantó un viento muy fuerte y el cielo se oscureció rápidamente. Lo que siguió fue algo que casi nunca vemos aquí en las Filipinas. Durante la siguiente hora cayó una tormenta muy fuerte, acompañada por muchos relámpagos y granizo. Sólo una vez antes he experimentado el granizo aquí, y fue en una situación similar aquí en la aldea.
Como ya dije, el plan era que Shannon y el resto de los niños llegaran al día siguiente. Uno de nuestros pilotos tiene un vehículo todoterreno y supuestamente iba a traerlos a ellos, junto con el resto de la carga, como todas las verduras y las carnes congeladas. La tormenta no sólo dejó la carretera muy fangosa e intransitable, también nos dijeron que hubo árboles derribados y estaban bloqueando el paso. ¡Hasta ahí llegó el plan!
Todos los días siguientes tuvimos lluvia en la tarde o en la noche, y la mayoría de las veces no era simplemente una lluvia rápida, ligera. Era intensa y se prolongaba durante una hora o más. Eso no hace el camino transitable para ningún tipo de vehículo. Afortunadamente nuestros compañeros de equipo, los Easton, ya están aquí en la aldea, así que entre nuestras reservas de víveres y las de ellos, Kyle y yo pudimos comer. Shannon y los niños se quedarían en el centro de vuelos en la ciudad hasta que la carretera se secara o el helicóptero fuera reparado.
La siguiente semana los Easton tenían una amiga que estaba de visita y necesitaba salir, y se les estaban agotando los suministros (carne, frutas & verduras). En el pasado, fácilmente podríamos haber contratado a un número de hombres de la aldea para que la llevaran fuera y trajeran carga para nosotros, pero ése no es el caso en estos días. Debido a que ellos están muy ocupados en los campos, tuvimos un momento difícil consiguiendo a alguien para que nos ayudara. Afortunadamente a última hora se consiguieron dos chicos para que salieran y trajeran carga.
Después de otra semana, el clima finalmente se secó y el árbol fue quitado para que nos permitiera recorrer las 3/4 partes del camino hasta la aldea en el vehículo todoterreno de nuestro piloto. Estábamos muy felices de estar juntos otra vez después de dos semanas de separación.
Entonces, ¿cuál es el asunto principal de todo esto? Un par de cosas vienen a mi mente. Primero, es un recordatorio de que Dios está en control. Tenemos una expresión que utilizamos a menudo en esta obra: Hacemos nuestros planes con las manos abiertas. Puedo añadir a eso que los ponemos delante de Él y le vemos resolver los detalles. Él nos da la gracia para continuar, a pesar de las pequeñas dificultades e incomodidades que experimentamos mientras trabajamos para el Señor. Podemos confiar en Él en cualquier caso, sabiendo que Él sabe lo que está haciendo.
La otra cosa que pienso es que esto es un recordatorio de que ésta es Su obra, y nosotros somos simplemente instrumentos en Sus manos para llevar a cabo Su voluntad por ahora. Las cosas cambian, y porque Él está en control, a veces debe cambiarnos para adaptarnos a fin de que seamos más útiles en Su obra aquí entre la gente ga’dang. Él también nos conoce lo suficientemente bien como para saber cuándo es el momento adecuado para utilizarnos con eficacia aquí. Estoy agradecido por la oportunidad que tuve de convertirme en parte de esta comunidad, antes que la vida de ellos fuera consumida por el trabajo, el ganar dinero, ver la televisión, etc. Ahora Él está obrando en mi corazón para convertirme en un instrumento más eficaz para Él en este mundo cambiante en que nos encontramos.