Namoleya, Max, Marcus, Suduwama y Maile. Los nombres no son precisamente fáciles de pronunciar. Dos o tres incluso se resisten tercamente. Pero son nombres que debemos conocer. Nombres de hombres por los cuales debemos dar gracias a Dios, y orar por ellos, a medida que salen en fe a servir a Dios.
Los bisorios ayudan
Namoleya, Max, Marcus, Suduwama y Maile son cinco de los líderes y maestros de la iglesia bisorio de Papúa Nueva Guinea, y han acudido para proporcionar exactamente lo que la naciente iglesia de la etnia vecina de los malaumandas necesita: hacedores de discípulos.
Por distintas razones, ha sido difícil para los misioneros occidentales aguantar a largo plazo entre el pueblo malaumanda. Eso genera un problema para la estabilidad, y la credibilidad; por eso intervinieron los bisorios. Cuando llegó el momento para que la iglesia malaumanda emprendiera su primer esfuerzo de evangelización, en una aldea que está a dos o tres días de camino, dos líderes bisorios acudieron con dos misioneros para brindar el discipulado, alentar y ayudar en todo lo que pudieran. Y nació una iglesia, con más de 20 personas dando claros testimonios de fe en Cristo después de escuchar una serie cronológica de lecciones bíblicas fundamentales.
Los bisorios refuerzan
Pero cuando llegó el momento de volver para impartir el discipulado a los nuevos creyentes, solamente un líder malaumanda, Jimi, podía ir. Ahora los bisorios iban a reforzar.
A pesar de que se lleva casi una semana de camino para ir desde las aldeas de los bisorios hasta la etnia malaumanda, Namoleya regresó con un grupo de 12 líderes y maestros bisorios. Algunos de estos hombres llevaron sus familias y dieron testimonio de que Dios había puesto en sus corazones la carga de venir para enseñar y animar; Namoleya le impartió intensivamente el discipulado a Jimi.
El respeto que tienen los creyentes malaumandas por sus hermanos y hermanas del pueblo bisorio es claro. Cuando los bisorios enseñan, ellos escuchan atentamente; con entusiasmo cuando ellos animan; con valentía cuando ellos exhortan. Por favor, da gracias a Dios por Namoleya, Max, Marcus, Suduwama y Maile, y por otros como ellos; y ora para que Él los fortalezca y los anime.
Es conveniente decir que se trata de una respuesta a la oración de uno de aquellos cinco hombres bisorios cuando los misioneros dejaron su trabajo con los bisorios porque había sido establecida una iglesia. Listen to Maile’s prayer