Tan pronto aterrizó el helicóptero en la aldea de la etnia isneg del sur, una de los trabajadoras de la clínica corrió donde Vicky Martin para decirle que había una paciente gravemente enferma que necesitaba regresar en el helicóptero. Pero ésa es la mitad de la historia.
A través de aguas profundas
Dos días antes, un hombre de esa aldea estaba visitando otra aldea que queda a un día de camino y encontró una joven pareja que tenía unas gemelas recién nacidas enfermas.
“Iban… en busca de ayuda porque todas las cosas que habían hecho para obtener ayuda de los espíritus no estaban sirviendo y las niñas estaban empeorando”, informó Vicky. El hombre los encaminó a su aldea y la clínica que queda allí, atendida por dos mujeres capacitadas por Vicky, quien es técnica de emergencias médicas.
“La pareja llevó allí, en medio de la lluvia y cruzando ríos crecidos, a sus gemelas de menos de un mes de nacidas”; llegaron en la noche, empapados. Los aldeanos respondieron con ropa seca, comida y alojamiento, y atención médica para las gemelas. Una de las niñas respondió bien al tratamiento; la otra no, y en la noche dejó de respirar. La mujer que hospedó a la familia aplicó lo que Vicky les había enseñado a las madres, y consiguió que respirara de nuevo.
Dios es fiel
Para Vicky, la mejor parte de la historia se produjo justo antes de su regreso. Una de las creyentes de la etnia isneg del sur le dijo a la madre de las niñas que nada es imposible para Dios, y que sólo tenemos que confiar en Él. Y fue entonces que se oyó el helicóptero. “Ella se levantó emocionada porque el Señor se había manifestado a esta madre”.
El helicóptero llevó a las gemelas y a sus padres a la ciudad, donde ambas niñas permanecen hospitalizadas pero se están recuperando de una neumonía. Ora para que las gemelas se recuperen por completo, y para que ellas y sus padres tengan la oportunidad de oír una clara presentación del Evangelio.