Cuando el misionero Porter Hampton trató de explicar cuán grande en verdad es Dios, Anton comenzó a sonreír nerviosamente.
¿Estaba el misionero comunicando mal el poder eterno y omnipresente de Dios?
Luego recordó la última vez que había visto a Anton hacer eso. “Todos habíamos ido a la playa. Él nunca antes había visto el mar, y culturalmente ellos le temen a las grandes masas de agua. En la playa, Anton empezó a comportarse como si estuviera ebrio, no paraba de reír tontamente”.
La idea de que Dios está en todas partes al mismo tiempo, estaba contradiciendo la creencia del pueblo de Anton, según la cual Él está muy lejos y sólo baja a supervisar las cosas. Así que su reconocimiento de que Dios está aquí, y al mismo tiempo en todos los demás lugares, le impactó tanto con un temor sano que no pudo evitar sonreír nerviosamente.
Porter informa lo siguiente: “Cuando estábamos hablando acerca del hecho de que Dios existe por Su propio poder y no necesita nada de lo que nosotros necesitamos, Anton dijo: ‘Si es así, entonces pienso que ¡Él creó el mundo y la comida y todas estas cosas para nosotros!’. Aunque ese punto se enseña en una lección posterior de la cual todavía no habíamos hablado, fue bueno ver que él razonara de esta manera”.
A medida que el proceso de desarrollar lecciones avanza en la parte del mundo de Anton llamada Nagiland [la tierra de los nagis], hay tantas interrupciones que a veces es difícil seguir adelante.
Estaba la pista aérea de una aldea vecina que requería de un trabajo y luego seguía la gran reunión con uno de los jefes, ambas cosas muy importantes, pero lentifican el ritmo con que se desarrollan y se revisan las demás lecciones.
Aparentemente no importa cuánto tiempo dedique Porter a estudiar el idioma, siempre se sorprende al ver que algunas cosas parecen imposibles de decir. Si no existen palabras para expresar diferentes ideas acerca del tiempo y cuando algo está siendo o ha sido hecho, ¿cómo dirías que ha llegado el tiempo del castigo?
¿Y cómo hablar de la Trinidad? Después de pasar mucho tiempo tratando de inventar su propia manera de explicarla en su sesión con Porter, él aclaró que Dios es el único que puede decirnos la verdad al respecto porque Él estaba allí desde el principio, a lo cual Yan respondió: “¡Sí! Ésa es la parte a la que quiero llegar”.
Al discutir que la creación empezó con un hombre, ellos se preguntaron acerca de su color y su cabello. ¿Y de dónde habían venido todos los otros?
Anton y Yan concluyeron rápidamente que los árboles y las plantas fueron creadas por Dios para que cuando murieran produjeran mucho abono para sus batatas. Porter comenta: “Por poco me río, pero entonces caí en la cuenta de que yo no había mencionado que no había enfermedad ni muerte en el principio”.
Cuando se enseñó que Dios creó todos los animales, la gente nagi se llenó de temor de que estuvieran robando las “cosas” de Dios al matar y comer plantas y animales. Se sintieron aliviados al recordar que Dios le había dado al hombre la responsabilidad sobre todo lo que Él había creado.
Al ver que las cosas no eran conforme al plan de Dios, todavía les preocupaba pensar si estaban haciendo algo que no debían.
Aun en cuanto a la idea de haber recibido la responsabilidad, Porter tuvo que asegurarse de qué habían entendido con eso. En la cultura nagi cuando uno le da a alguien la responsabilidad de algo, puede significar que uno le deja el trabajo a esa persona. En algún punto puede significar que uno deja a esa persona o puede ser interpretado como ser abandonado.
Entonces Porter preguntó: “¿Quieres decir que Dios les dejó el trabajo a ellos o que Él dejó al hombre y a la mujer y se fue a otro lugar?”. A lo cual Anton respondió rápidamente: “¡No! Dios todavía estaba allí; no hay ningún lugar donde Dios no esté, de modo que no los dejó”.
Es un motivo para alabar a Dios porque la gente no está cuestionando si la Palabra de Dios es veraz o no. Ellos están recordando, de una lección a otra, las cosas importantes que relacionan lo que Dios hace con Su carácter.
También es una demostración de que a medida que Anton y Yan trabajan en estas lecciones con Porter, están interpretando nuevas Escrituras por medio de lo que ya han aprendido en lecciones anteriores.
Oremos para que estas personas nagis continúen comprendiendo las verdades de la Palabra de Dios con una fe infantil que les haga sonreír.
Ante esta clase de progreso y entendimiento, queremos orar para que las interrupciones para Porter en su labor de diseñar y revisar lecciones sean pocas y espaciadas.