Jon Quast estaba observando trabajar a un jardinero. El hombre del pueblo había sido contratado para sembrar pasto. Pero sorprendentemente no estaba usando semilla ni estaba trasplantando porciones de tierra con césped. En lugar de eso, y sin quejarse, pacientemente el hombre plantó una yarda entera de una manera muy diferente.
Una a una, cuidadosamente puso en la tierra hojas individuales de pasto con raíz. “Literalmente el hombre plantó la yarda entera de pasto hoja por hoja. Le tomó más de dos días de diez horas para terminar”, informó Jon.
Un fruto de la obra del Espíritu de Dios en nuestra vida es paciencia. Jon y Jen Quast han pasado años de espera como preparación para el ministerio. Ellos han vivido años de lo que parecen ser demoras.
Jon comparte que esas demoras realmente son oportunidades para esperar en Dios y confiar en Su tiempo perfecto. La familia Quast actualmente está en Paraguay, invirtiendo su vida en estudios de cultura e idioma, esperando el tiempo de Dios para emprender un ministerio tribal.
Jon y Jen saben que los tiempos de demoras son perdidos si escogen refugiarse “en la esfera terrenal de la frustración”. Jon agrega: “Lo bueno es que Dios no les impone horarios a Sus hijos. Él simplemente nos dice que aprovechemos al máximo nuestro tiempo, que seamos fieles, y que recordemos que Él está usando todas las cosas para el bien de nuestra vida”.
Oremos por Jon y Jen Quast y sus hijos mientras estudian, aprenden y crecen como preparación para el ministerio tribal que Dios tiene destinado para ellos en algún lugar. Oremos también por otros misioneros que actualmente están siendo preparados por Dios para ministerios tribales. Oremos para que Dios los anime y les dé gracia para confiar en Su tiempo y en Su obra, mientras Él fielmente planta Su ‘césped’.
Incluso en los tiempos en que Él lo haga “hoja por hoja”.