Trate de imaginar un viaje en motocicleta de 96 kilómetros a través de selva virgen bajo gigantescos árboles de Palo de Brasil. Agregue a eso la emoción un tanto discutible de saber que esas inmensas ramas sobre su cabeza están cargadas con pesadas vainas que pueden caer en cualquier momento. Mike Riepma y su hija, Jenny, recientemente hicieron ese viaje para visitar una aldea remota de Bolivia.
Ellos fueron acogidos calurosamente por los ese ejjas que estaban debidamente impresionados con el dominio de Jenny de su idioma. Esta era la primera visita de Jenny a su aldea y rápidamente ella reunió un grupo de niños adorables que la seguían a dondequiera que iba.
Mike compartió la Palabra de Dios hasta tarde en la noche, tratando de alentar y fortalecer a los creyentes de la aldea. Finalmente, Jenny le sugirió cariñosamente a su padre que un descanso hasta la mañana sería una buena idea.
Fue un viaje de embajadores de Cristo compartiendo gozosamente las buenas nuevas. También fue un viaje para que Jenny lo atesorara en su memoria, ya que ella partirá para la universidad dentro de pocos meses.
Oremos para que los creyentes fieles de la aldea permanezcan unidos en Cristo; oremos para que crezcan en la gracia. Y oremos para que el Dios de toda consolación los proteja del desánimo y los aliente profundamente en su vida diaria, ya que ellos enfrentan constantes críticas y oposición por parte de sus pares.