Para Jamie y Char Hunt, el progreso alcanzado en los últimos días ha estado acompañado de sus propios ruidos; como estrépitos, sonidos de metales, golpetazos y pitidos.
Un bulldozer está abriendo una carretera en la selva, limpiando el camino para instalar los postes y el cableado para llevar la luz eléctrica hasta el pueblo nivacle donde viven Jamie y Char.
Ellos ya cuentan con servicio de telefonía celular, como se evidencia por un mensaje de texto que recibieron recientemente a las 6 de la mañana.
El mensaje decía: “¿Is ti lhamô?”.
“Nuestros amigos nivacles del otro lado del pueblo querían saber si habíamos dormido bien”, comentaron Jamie y Char. “Después de vivir durante trece años sin generadores, sin paneles solares, y más allá del alcance de las comunicaciones, estos avances parecen irreales”.
Pero ésos no son los únicos avances en el pueblo nivacle.
Una misionera experimentada visitó a los Hunt para evaluar su progreso en la comprensión de la cultura y en el aprendizaje del idioma de la gente nivacle. Ella los clasificó en el nivel “capaz bajo”, lo cual es mejor de lo parece al principio.
Después de un año y medio de estudios, Jamie y Char actualmente se encuentran en la parte inferior del nivel Capaz. Antes de que puedan empezar a traducir pasajes de la Biblia y preparar lecciones para la enseñanza bíblica de Fundamentos Firmes, ellos deberán alcanzar la parte superior del nivel Capaz. “Un asunto clave… será comprender la compleja estructura de los verbos”, informaron ellos. “Con un estimativo de 80 maneras de conjugar cada verbo, no va a ser una tarea fácil”.
“Aún nos queda mucho por aprender, pero estamos muy agradecidos con Dios por permitirnos llegar hasta este punto”, informaron ellos.