Un tifón le permitió a un grupo de trabajo de Australia ver por qué su contribución a la gente agta era tan valiosa.
El grupo vino a levantar una construcción en que funcionarán un centro comunitario y una clínica, y al mismo tiempo servirá como un refugio contra las tormentas. Pero durante su estadía en el pueblo agta, un tifón azotó la zona.
“Unos treinta agtas terminaron en una casa que perdió gran parte del techo y ahora está inclinada”, informaron Don y Char Epp, quienes trabajan con la gente agta.
Hubo muchos preparativos antes de que llegara el grupo de trabajo. Se hicieron cerca de 1000 ladrillos, y el piloto misionero Zach Keller llegó unas semanas antes del grupo y ayudó a Don y a Char y a los agtas a alistar la plataforma de cemento para la edificación.
Mientras el grupo estaba allí, Jane, la esposa de Zach, y su hija Mia vinieron a ayudar a Char con la cocina, la limpieza y otras tareas variadas.
El grupo de Australia –siete carpinteros– ayudó a levantar las paredes de ladrillo y a poner el techo en los diez días que estuvieron en el pueblo agta.
“Se hizo mucho progreso en la edificación”, informaron Don y Char. “El techo está puesto, pero ahora empezamos los acabados. La etapa de los acabados demorará algunos meses”.
Don y Char también están trabajando en el proyecto de llevar agua limpia al pueblo.
“Ha sido un proyecto largamente esperado y muy emocionante”, comentó la pareja.
Ellos han hecho un sendero con machete y han cavado una zanja para casi dos kilómetros de manguera, con el propósito de aprovechar una fuente en lo alto de la montaña. El agua se almacenará en un tanque de concreto.
“Ojalá que dentro de unos meses tengamos buena agua disponible para todos en el pueblo”, informaron Don y Char. “Esperamos que los problemas estomacales y de la piel se reduzcan cuando la gente empiece a confiar en el agua limpia”.
Los agtas dicen ahora: “Si bebes agua te enfermas”. Y es cierto, porque entre más agua bebe uno, más posibilidades tiene de contraer problemas estomacales. Esto produce deshidratación, lo cual lleva a tener más problemas de salud.
Con agua limpia de la fuente, “la gente será más saludable. …Esta será una de las mejores maneras de ayudar a nuestra comunidad”.
Y esta pareja está ayudando a combatir la tuberculosis.
“La tuberculosis es un gran problema aquí, y está matando lentamente a la gente agta”, informaron Don y Char.
Los trabajadores de la salud de la clínica de la región ya no sabían qué hacer porque los agtas parecían tomar sus visitas a la clínica más como un paseo social que como un problema grave, y lo peor, empezaban y no continuaban sus tratamientos de seis meses.
“Esta interrupción de los tratamientos es muy insalubre y potencialmente peligrosa, no sólo para el paciente sino para toda la comunidad de la región si… se llega a desarrollar una cepa resistente de tuberculosis”, informaron los Epp.
De modo que Don y Char y los agtas han hecho el compromiso de supervisar a la gente para que tome con fidelidad los medicamentos, y ya lo han hecho exitosamente por más de tres meses.
“Una de nuestras metas mayores con la gente agta sería ayudar a erradicar la tuberculosis de la región”, informaron Don y Char. “Nos cuesta creerlo, pero qué meta. Si nosotros trabajáramos más estrechamente con el programa gubernamental de la región contra la tuberculosis, esta meta podría ser alcanzable”.
Oremos para que la gente agta vea el amor de Cristo en Don y en Char mientras ellos ayudan a suplir las necesidades del pueblo, y oremos para que esto abra puertas para el Evangelio.