Fue un hermoso día aquí, y una tarde perfecta para visitar el pueblo. Yo terminé en la casa de Catalina.
Todos los hijos de Catalina son adultos y ya tienen hijos, pero algunos de ellos y los nietos usualmente viven con Catalina y su esposo. El año pasado, una de las hijas tuvo gemelos. Como el esposo de esta hija trabaja fuera de la comunidad, ella se queda aquí con su mamá. Este arreglo funciona muy bien para ellos, porque a mí me parece que ¡los gemelos mantienen ocupadas a la mamá y a la abuela! Ha sido divertido ver crecer al niño y a la niña.
En esta tarde particular cuando llegué a la casa de Catalina, los gemelos habían sido acomodados en sus hamacas para que tomaran una siesta. Catalina me acercó un balde boca abajo para que me sentara, y al momento estábamos bebiendo “tereré” (té). Desde donde yo estaba sentada sólo podía ver una de las hamacas. Mientras bebíamos “tereré”, la abuela Catalina diligentemente mecía la hamaca por medio de una cuerda atada a ésta.
Dentro de poco tiempo la madre de los gemelos se unió a nosotras. Fue en ese momento que me di cuenta dónde estaba la otra hamaca. Estaba fuera de la vista por estar al lado de la casa. La madre tenía una cuerda también –más larga que la de la abuela, porque la hamaca que estaba meciendo estaba más apartada. No pude evitar reírme. Los gemelos estaban durmiendo plácidamente, suavemente mecidos en sus hamacas.
La tranquilidad del momento era asombrosamente real, si tomamos en cuenta que estábamos sentadas afuera en el patio y conté al menos cuatro perros, una cantidad de pollos, y un loro en lo alto del árbol. Después de un momento, Catalina se levantó y me trajo una batata todavía caliente, en su punto, y muy buena. Disfruté profundamente mi visita esa tarde. Pasar tiempo en los hogares sanapaná es una de mis actividades favoritas.
Nuestros amigos sanapanás son expertos en un estilo de vida sencillo. Ellos hacen que parezca fácil, cuando sabemos que no es así. ¡Nosotros los admiramos mucho por esto!
Pero quisiéramos que la imagen tranquila de la vida que acabamos de compartir con ustedes fuera la historia completa. La realidad es que en el fondo de todo corre una fuerte corriente de temor, recelo y desdicha. La rivalidad entre ellos como pueblo normalmente involucra el reino espiritual, y por tal motivo están genuina y constantemente temerosos de que algo malo les va a suceder. ¿Es realmente posible tener una paz verdadera?
Nosotros oramos para que algún día estos gemelos, al igual que muchos otros sanapanás, hallen la paz que viene como resultado de comprender y aceptar la verdad de la Palabra de Dios. Esa es la razón por la que John está traduciendo la Palabra de Dios al idioma de ellos. Y por la misma razón nosotros continuamos trabajando en el aprendizaje de su cultura y su idioma.
Nosotros necesitamos y apreciamos que ustedes se unan a nosotros en oración por la gente sanapaná. ¡Muchas gracias!