24 de enero, 2022

¿Alguna vez hiciste una prueba de ortografía en la que el maestro no sabía realmente las respuestas? ¿Tuviste que deletrear palabras que la maestra misma no sabía cómo deletrear?
Aquí, cuando sucedió eso en mi casa hace dos semanas, a nadie pareció importarle. De hecho, a todos nos encantó el juego, y fue emocionante poder jugar un nuevo juego que nunca antes se había jugado en la historia del mundo. . .
Las últimas tres semanas fueron absolutamente maravillosas porque estuvieron llenas de una “fiesta del alfabeto” de tres semanas (así es como las llamo yo; otras personas que no entienden lo divertido que fueron pueden llamarlas taller de ortografía, ¡lo cual suena mucho más aburrido!)
Al hablar con muchos de ustedes, he dicho en algún momento que hacer un alfabeto [en el idioma de la gente a la que ministro] estaba en mi lista de cosas por hacer. Pero la verdad es que no estaba muy segura de cómo hacerlo bien, incluso con toda mi educación.
Pero para abreviar la historia, hasta principios de 2022 nunca había habido un alfabeto [en el idioma de la gente a la que ministro], y ¡ahora hay uno, aunque sea “tentativo”!
Ahora para alargar la historia un poco más. . .
Cuando en octubre de 2018 no pude volver al país donde ministro por razones de seguridad, Dios me guio claramente a tomar algunas clases de lingüística en Texas durante dos meses.
En una de esas clases leímos un breve artículo de un lingüista que había trabajado en África durante años y años, quien describió brevemente una manera en la que era posible trabajar para obtener un buen alfabeto con bastante facilidad al trabajar estrechamente con hablantes nativos del idioma y confiar en los oídos de ellos y no en los de uno mismo.
Eso sonaba maravilloso, y traté de conseguir más información para poder hacerlo. Pero el lingüista que había “inventado” el método nunca escribió más sobre el tema, entonces me quedé un poco atascada.
Pero el verano pasado, cuando estuve aquí para ayudar con un asunto lingüístico diferente, le pregunté a una amiga de Traductores Bíblicos de Wycliffe si sabía cómo poner esto en práctica, y ella dijo que sí, que lo había hecho varias veces, y que era tan bueno como sonaba en el breve artículo que yo había leído. ¡También accedió a venir y dirigir una “fiesta del alfabeto” para la gente a la que ministro!
A principios de enero todo encajó. Ella vino; yo estaba aquí; cuatro personas de la etnia vinieron; dos misioneros nuevos que están comenzando a trabajar en este país con la gente de la etnia vinieron.
Adama*, mi ayudante del idioma de quien ustedes leyeron en uno de mis correos electrónicos anteriores, había escrito mil palabras en el idioma nativo en pequeños trozos de papel, como mejor le pareció, usando el alfabeto que había aprendido en francés.
Luego, en el transcurso de tres semanas, trabajamos aproximadamente en seiscientas de esas palabras. Les ahorraré los detalles fascinantes, pero baste decir que la escritura con bolígrafo azul fue acompañada poco a poco por la escritura con bolígrafo rojo –¡en el alfabeto tentativo de la etnia! ¡Definitivamente días memorables!
Ahora tenemos veintinueve letras –veintidós consonantes y siete vocales (aunque cada vocal puede ser larga o corta, lo que significa que se pronuncia durante una fracción de tiempo corta o larga, y tanto las vocales largas como las cortas también pueden pronunciarse de forma regular o nasal.
Así que si sumamos el número de formas en que las vocales contrastan, ascienden a veintiocho, sin mencionar los diptongos, donde se pronuncian dos vocales seguidas; ¡con razón tuve que luchar con las vocales!)
Y cuando tuvimos la prueba de ortografía, mientras tratábamos de averiguar cómo escribir palabras que nunca antes se habían escrito en el idioma de la etnia, ¡fue emocionante ver que el alfabeto funcionó en su mayor parte!
Todavía quedan cosas por resolver, como, por ejemplo, cómo quieren exactamente escribir las vocales nasales y si deben escribir las palabras compuestas (como sordomudo) como una palabra o dos. Pero eso se resolverá con el tiempo y con reuniones con los líderes, etc. Sin embargo, uno de los mayores desafíos que aún está sin resolver es el tono; no me entusiasma.
Hay tono en las palabras de este idioma, pero es probable que no tengamos que escribirlo en cada palabra porque rara vez es la única diferencia entre dos palabras (y donde lo es, como entre “caballo” y “ají” o entre “una persona de la etnia” y “cabra”, normalmente uno puede deducir por el contexto de qué o de quién se está hablando).
El problema es que constituye una diferencia gramatical; por ejemplo, la única diferencia en las siguientes seis frases (y probablemente más) es el tono. Así que aquí tendremos que escribirlo de alguna manera (y tendré que aprender a escucharlo mejor. ¡Ay!)
- Una oveja regresó.
- La oveja regresó.
- Una oveja regresa.
- La oveja regresa.
- Es una oveja la que regresa.
- Es la oveja la que regresa.
Sí, pueden orar por sabiduría y buen oído para mí mientras me esfuerzo por escuchar este tono ahora, y mientras averiguamos cómo escribirlo de una manera que sea eficaz y no demasiado molesta para la gente de la etnia.
La fiesta del alfabeto redundó en muchos beneficios, incluso más allá de un alfabeto tentativo.
Por ejemplo, hubo personas que se sentaron en mi sala para hablar sobre qué palabras del idioma se podrían usar para términos como “sabiduría” y “creencia”. También ayudó a que los que estamos aprendiendo el idioma aprendiéramos mucho más.
Y elaboramos un mini-diccionario trilingüe de más de seiscientas palabras (bueno, cuatrilingüe si añadimos el inglés), tanto en la versión impresa como en la aplicación de android. ¡La aplicación de android incluye incluso el audio para más de cuatrocientas de las entradas!
Y también logramos que los cuatro chicos de la etnia se entusiasmaran con aprender a leer y escribir en su idioma. De hecho, estaban tan emocionados que decidieron que el siguiente paso más importante para hacer esto bien era presentárselo al jefe de toda la etnia y ver qué opinaba.
Entonces, al día siguiente de haber terminado la fiesta del alfabeto todos viajaron a la aldea del jefe (yo no pude acompañarles esta vez) para presentárselo y conocer su opinión. ¡Y los informes que escuché aquí decían que él se puso muy, muy feliz!
Ahora ellos están trabajando para hacerles llegar las tablas del alfabeto a todos los jefes de las aldeas de la etnia, desde las más grandes hasta las más pequeñas. Así que, ¡qué emoción!
Si soy honesta, una de las cosas emocionantes para mí también fue que esto fue algo que hizo un progreso real, medible, sin marcha atrás en poco tiempo.
Con la situación de seguridad aquí, hay veces que el aprendizaje del idioma y la cultura y la promoción de amistades pueden ser desalentadores, ya que nunca sé si estaré aquí el tiempo suficiente como para hacer una diferencia.
Pero ahora, en tres semanas, hicimos un progreso visible, tenemos chicos que están entusiasmados y avanzando, conmigo o sin mí, e incluso tienen un grupo de WhatsApp en el que podemos escribirnos, ¡ahora en el idioma de la etnia!
Así que muchas gracias por orar por nuestra fiesta del alfabeto. Fue completamente agotadora, pero también totalmente estimulante (lo sé, hacer un diccionario y escribir seiscientas palabras no suena estimulante, pero créanme cuando digo que hacía mucho tiempo que no me divertía tanto).
Y todo salió súper bien; creo que nunca había tenido algo que saliera tan bien en África, y esto incluyó que ocho personas se reunieran todos los días en mi casa durante tres semanas, entre ellas yo, que organizaba las pausas para el almuerzo y los refrigerios (con la ayuda de otras personas que cocinaban, afortunadamente), y también teniendo compañía durante la noche (mi amiga que nos guio a través de esta experiencia). Así que ¡gracias, gracias, gracias!
Entonces, ¿qué sigue ahora?
Ahora que terminó la fiesta del alfabeto, Adama* y yo nos unimos a un taller de gramática de tres semanas que comenzó ayer (lunes).
Así que ahora seguimos trabajando en el perfeccionamiento de nuestro alfabeto, y también averiguando más detalles sobre cómo funciona el idioma de la etnia en un nivel un poco más alto.
¿No es divertido que Dios nos dio un alfabeto, e incluso una pequeña historia, a tiempo para poder participar en el taller de gramática?
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