14 de noviembre
El otro día recibimos una llamada telefónica interesante.
–“Hola, ¿hablo con Matthew?” –Sí. –“Hemos estado tratando de comunicarnos contigo, soy del Club Náutico y queremos informarte que hay un problema con el bote de ustedes. Sigue hundiéndose, hemos tenido que sacarlo del agua dos veces”.
Como pueden imaginar, no sabíamos qué pensar. Puesto que habíamos estado en las tierras altas durante casi un mes y no habíamos visto el bote, nos estábamos seguros de qué estaba pasando. Llamamos a nuestros amigos para que revisaran nuestro bote que estaba amarrado en este club náutico. Ellos llamaron rápidamente y nos enviaron la foto de abajo.
Afortunadamente un grupo de hombres pudo ayudarnos y vació el bote y lo dejó flotando otra vez. La semana pasada hicimos el viaje para limpiar el bote, reemplazar la batería y ponerlo en funcionamiento nuevamente. Lamentablemente lo que ellos olvidaron decirnos fue que el motor había estado completamente sumergido y ahora había estado quieto durante dos semanas. Sobra decir que el motor estaba completamente atascado y todos los indicadores y la electrónica estaban arruinados; básicamente el motor se había perdido por completo.
En este último año hemos invertido muchas horas y muchos más dólares en mantenimiento y reparaciones de nuestro viejo bote, y al ser quitado este peso de nuestros hombros sentimos un alivio. Al mismo tiempo sentimos la pérdida, reconociendo que todas estas finanzas y todo este tiempo se perdieron en un incidente inimaginable.
La Palabra de Dios dice que Él hace que todas las cosas ayuden a bien a aquellos que lo aman a Él y son llamados conforme a Su propósito. Afortunadamente encontramos un taller local de reparación de botes que nos ofreció un precio justo por el bote, incluso con un motor inservible.
Después de resolver el asunto de nuestro bote, casualmente el helicóptero tenía un vuelo vacío de regreso a las tierras altas, hacia donde nos dirigíamos nosotros, así que Christine y yo tuvimos nuestro primer vuelo en un helicóptero.
Fue muy emocionante y estuvimos muy agradecidos de que Dios tuviera a bien animarnos durante lo que podría haber sido un momento desalentador con algo tan simple como un viaje en helicóptero. Afortunadamente nada toma a Dios por sorpresa y ya está proveyendo para nuestra necesidad de transporte.
Recientemente fueron traídos dos nuevos botes a Manam, lo cual nos da varias opciones para transportarnos en bote con la gente local. Realmente hay dos botes en nuestra aldea que permanecen allí todo el tiempo para hacer los viajes de ida y vuelta a tierra firme.
Sean cuales sean las circunstancias que estemos afrontando hoy, podemos dar gracias. Incluso cuando las cosas parecen estar totalmente perdidas, Dios es capaz de sacar vida de la muerte, bien del mal y ánimo del desaliento.