Esta noche yo (BJ) tuve la increíble oportunidad de enseñar el estudio bíblico a los hombres wusuraambyanos; era la segunda vez que tenía que enseñarles. Andrew está enseñándoles el libro de Hebreos (esta es la única enseñanza que él imparte; toda la demás enseñanza bíblica es realizada por Willis, Josek y Randy, los maestros bíblicos nativos). Andrew pensó que sería una gran oportunidad para mí, y funcionó en dos niveles –¡me hizo estudiar Hebreos y me hizo pensar en la lengua franca!
Esta noche, mientras estaba enseñándoles el capítulo 8, algo me llamó la atención fuertemente. Yo siempre había oído de labios de los misioneros que cuando la gente tribal escucha la Palabra de Dios en su lengua materna ¡sus corazones se inflaman! Bueno, esta noche fui testigo de eso. Sí, esta noche ellos estaban emocionados de oírme enseñar Hebreos 8 en tok pisin [la lengua franca]. PERO cuando Andrew leyó el borrador de la traducción de Hebreos 8 en el idioma tribal, quedaron atónitos, diciendo: “¡Em nau! ¡Em stret! (¡Sí! ¡Sí!)”. Y me di cuenta que aunque yo estaba enseñándoles la verdad en tok pisin y ellos estaban entendiéndola, “sus corazones no se inflamaron” hasta que la oyeron en su idioma materno. ¡Huy! Esto sólo confirma que, si bien podríamos “arreglárnoslas” usando la lengua franca, para alcanzar con efectividad a los pueblos tribales de PNG, y para que ellos prosigan hacia la madurez, es necesario enseñarles en su lengua materna… por parte de alguien que haya ganado su confianza y haya aprendido su cultura.